Rebrotes y rebrutos
CORRUPCIÓN AL ESTILO AMLO
El presidente Andrés Manuel López Obrador prejuicia sin vergüenza
y sin freno.
Recién, lanzó su lengua para asegurar
(respecto a la administración anterior y a la extradición de Emilio Lozoya
Austin) lo siguiente: “Ahí hubo gran corrupción… un cañonazo de 1,200 millones
de pesos, el que sirvió para pagar la reforma energética”.
¿De dónde sacó AMLO esos datos
precipitados?, ¿cómo prueba su dicho?, ¿qué norma jurídica le da atribuciones
legales para sentenciar sumariamente este caso?
Ni siquiera como opinión adelantada debe
un presidente de México formular aseveraciones tan lapidarias e irresponsables.
Si lo que quiso decir AMLO es que Lozoya
sustrajo ilícitamente dinero de PEMEX, como director de esta empresa, para
comprar votos de legisladores del Congreso Constituyente Permanente, a efecto
de que aprobaran reformas y adiciones a la Carta Magna y, así, privatizar los
energéticos de México, debe probarlo plenamente ante órganos jurisdiccionales
competentes; y no dictar fuera de tiempo y proceso un resolutivo que no le
compete.
Además, si AMLO fue capaz de mentir
sobre a dónde llevaron a Lozoya a partir de su salida del aeropuerto de la
Ciudad de México, de volver a falsear respecto a la inventada salud en quebranto
de Emilio, y de engañar de que viene detenido, entonces, ¿cómo creerle?
Entendamos que Lozoya nunca irá a la
cárcel, mientras sirva a AMLO, delatando y aportando grabaciones a contentillo
del presidente.
Lo de Emilio es una charada electorera,
una burla a los mexicanos, una charlotada al estilo 4T, un teatro politiquero
costoso, que a nada bueno lleva al país; mientras, el desempleo, los problemas de
inseguridad pública, económicos y de salud, nos conducen al desastre. Me
refiero a esa “desaceleración tan súbita y profunda que no se había tenido
nunca en nuestro país”, según el Banco de México.
Si el presidente Enrique Peña Nieto compró votos de congresistas federales y locales para hacer
una reforma energética constitucional, ¡qué vergüenza! Esto es corrupción.
Quien
compró votos, y quienes vendieron su voto deben, conforme a un debido proceso, ir
a prisión.
Pero si el presidente Andrés Manuel López
Obrador también compró votos de legisladores federales y estatales para hacer
la contra reforma energética constitucional, ¡qué depravación! Esto igualmente
es corrupción, y los responsables deben ir a la cárcel, acorde a un proceso
legal y debido.
Observamos que la compra de votos no
sólo se hace con dinero, sino también con promociones y favores políticos; dando
cargos electorales a incapaces deshonestos, para que sirvan de títeres (como ya
sirvieron), aportando su voto a favor de esa contra reforma energética, porque
así lo ordenó AMLO, directa y/o indirectamente.
Ambos modelos son corrupción. Uno paga
con dinero. Otro paga con poder. Tan dañoso el pinto como la morena.
¿Por quién votarías?, si todas son aguas
de las mismas cañerías.
Son peor que el covid-19; en el que se
ve que hay rebrotes y rebrutos.
Y desde esos fondos turbios y de malos
sedimentos, AMLO afirma que “los que le han hecho daño al país son los que
estudian en el extranjero… los que tienen más conocimientos… los que van a
Harvard… como en El padrino de Mario Puzo”.
Otra torpeza del presidente.
Para el caso Lozoya, mejor es recordar la
obra de Giovanni Arpino, ‘La oscuridad y la miel’, readaptada al inglés como
‘Perfume de mujer’, también convertida en película y protagonizada asimismo por
Al Pacino; en donde al final, éste habla en la Universidad de Harvard, aseverando
que “nunca se privilegie a los soplones”, delincuentes sin arrepentimiento que,
a su delito, suman su falta de hombría.