LOGOS
Gobernar con
refranes
EL NIÑO JOSÉ ÁNGEL
ES VÍCTIMA
Las frases que se hacen con cliché y se
popularizan, no deben utilizarse irresponsablemente para todo.
A quienes afirman que "todos somos Torreón;
todos somos el Colegio Cervantes", debemos hacerles entender que no todo
México ni toda la educación escolarizada de México es Torreón ni es el Colegio
Cervantes, pero si podemos llegar a serlo, de no tomar medidas eficaces para no
vivir (y sufrir) ese tipo de tragedias tan atroces.
Independientemente de lo anterior, sí
debemos solidarizarnos con quienes han sobrellevado esos dramas, sin entender
el por qué de ellos.
No olvidemos, en principio, que todos
los fenómenos sociales están interconectados.
El fenómeno educativo tiene sus propios
problemas, pero por sus vasos comunicantes le llegan los flujos de los
problemas económicos, de la inseguridad, del hogar, de la religión, de la
política, del crimen organizado, de la exaltación y el elogio de la violencia respecto
a la desnuda realidad cotidiana, agrandada torpemente por los medios masivos de
comunicación, e internacionalizada con los malos ejemplos escolarizados made in
USA.
Y frente a todo ese enviciado complejo
de enredos, tenemos al presidente Andrés Manuel López Obrador gobernando a
México con refranes de viejo cuño, con funcionarios mediocres, incluyendo a los
de educación y cultura, a quienes AMLO sobaja al expresar sin recato alguno: "Santiago Nieto
no hace nada sin consultar con el presidente".
Quiten "Santiago Nieto" a esa
frase, y pongan el nombre del colaborador de AMLO que deseen, y verán como el
presidente lo acepta, pues así los trata.
AMLO es un irremediable refranero que
usa sus máximas populacheras, de manera trillada, para encubrir sus
deficiencias educativas; y las usa con abuso en los llamados "diálogos con
el pueblo", que fatalmente resultan monólogos largos, cansados y repetitivos,
con masas humanas clientelares, en las que el presidente busca votos para
elecciones futuras.
Su reciente dicho es (frente a casos
como el de las familias LeBarón y Langford de Sonora, y el del niño José Ángel
del Colegio Cervantes de Torreón, Coahuila) "el que la hace la paga",
expresión de befa novela policiaca, carente de humanismo.
José Ángel, infante de 11 años,
inteligente y dedicado escolapio en primaria de ese Colegio Cervantes, quien
con armas de fuego mató e hirió a maestros y compañeros, suicidándose de
inmediato, ni es delincuente ni homicida ni suicida ni victimario, sino que es víctima
del México que hemos hecho, del país que hemos dejado que hagan, de la nación
que sigue haciendo el presidente López Obrador.
Y no porque Andrés Manuel sea flojo, ya
que lo vemos trabajar más que sus antecesores, pues, incluso, en su publicidad
oficial lo pregona: "sin haber salido del territorio nacional, lo ha
recorrido como si hubiese dado una vuelta al mundo", empero, su
desenfocado esfuerzo ha sido inútil, al no generar, con ello, ningún desarrollo
social en cada mexicano.
Sancho Panza, gobernando su ínsula
Barataria, solía también decir refranes: "Del dicho al hecho, hay mucho
trecho".
Nuestro Señor Don Quijote de la Mancha
bien le enseñaba: "Sancho, no has de mezclar en tus pláticas la muchedumbre
de refranes que sueles; puesto que los refranes son sentencias breves, muchas
veces los traes tan por los cabellos, que más parecen disparates que sentencias".
Presidente AMLO, oriente bien su
trabajo, a favor del desarrollo humano; labore, labore, labore, incansablemente
para generar cosas buenas para todos; y si quiere hablar, está bien, pero diga
cosas nuevas, conceptuosas, y breves. Por su bien, y ¡el bien nuestro!
El romano Ancio Maglio Boecio (480-526)
nos obsequió un frase útil y aplicable a vos: "Lo breve y bueno, es dos
veces bueno".