LOGOS
Ansia por el poder
¡SERVIR A MÉXICO!,
DOMESTICANDO TIGRES
Reciclador de viejas frases, y puntero en
la contienda electoral, Andrés Manuel López Obrador soltó hace algunos meses:
“Si hay fraude, yo me voy; a ver quién amarra al tigre”.
Lo del fraude electoral es una antañona y
mala costumbre mexicana que suele aparecer, ayer sí, y hoy también.
Respecto al “tigre”, es una metáfora
amenazante. Este animal de instinto asesino ni siquiera corresponde a nuestra fauna.
En fin, como alegoría es aplicable, pues
con ello se anuncia la posibilidad de que masas enfurecidas incendien a México,
si no gana “ya sabes quién”.
Pero esa advertencia bravucona es nimia,
y queda corta, frente a la peligrosa realidad que vive nuestro país.
Reutilizando la metáfora, México está
rodeado de tigres.
Tigres gringos encabezados por Trump (tan
ajenos y enemigos del mismo pueblo estadunidense) están haciendo daño atroz a nuestra
economía, en sus primeros embates. Y su intervencionismo puede pasar de la
economía a la política, y de éstas a lo militar.
La satrapía de Trump no tiene freno, ni
con el Grupo G7 ni con sus vecinos inmediatos: México y Canadá.
Los rápidos y furiosos nos pueden
encender las praderas del norte, y las selvas petroleras del sur. Frente a
esto, y ante todo mal, 120 millones de mexicanos debemos estar sólidamente
unidos, en torno a quien resulte presidente.
Por otro lado, nuestros hermanos de
Centroamérica y Sudamérica también tienen a sus tigres rabiosos, y sus irascibles
impulsos pueden alcanzar a nuestra frontera sur.
Las garras y colmillos del norte y del
sur aprisionan a México.
A esos tigres externos se suma nuestra
propia fauna asesina; y ésta proviene de los ambiciosos de poder, sea poder
político o económico, o del orden o desorden que sea. Y nos advierten y amenazan.
Curioso resulta que no pocos dueños de
tigres, mexicanos de nacimiento, desde hace años huyeron de nuestro país, lugar
donde amasaron sus fortunas. Sus residencias, con sus familias, se domicilian
en poblaciones lujosas de EU.
A pesar de todo ello, lo primero que los
mexicanos debemos hacer es estar unidos en torno a valores que nos son comunes:
estamos en contra de la corrupción; el derecho debe de aplicarse a favor y en
contra de quien corresponda, sea quien sea; tendamos al empleo pleno y a una
mejor distribución de la riqueza, en base a la
productividad y al trabajo eficaz; educación y salud eficientes para
todos; fortalecer nuestro sentido humanista de patria, con respeto para todos
los pueblos del mundo, mientras no haya condiciones de un serio humanismo sin
fronteras ni países.
Y nuestra unidad, bien puede iniciar este
nuevo sexenio, si el triunfador invita a trabajar en su gabinete a sus
contendientes; suponiendo que, los tres restantes, algún trabajo honrado y
digno sabrán hacer por México.
Así, en esta rifa de los tigres 2018, al
ganador le tocaran todos, y al resto, al menos uno. ¡Servir a México,
domesticando tigres!