LOGOS
¡Nunca jamás!
RETORNO A LOS
ASESINATOS POLÍTICOS
RRUIZTE, caricaturista de mensajes asaz
intencionados en la revista Siempre!, recrea semana a semana a La familia
pulgón como un devoto reflejo de la actual progenie mexicana.
En reciente edición, un insecto afirma:
“Este año se siente más cargado el ambiente electoral”, y otro responde: “y eso
que somos insectos, ¿cómo estarán los políticos y sus seguidores humanos
mexicanos?”
Esos bichos distinguen entre "mexicanos",
y "políticos y sus seguidores mexicanos".
Los mexicanos estamos desconfiados y
molestos con los políticos corruptos del gobierno, y con los corruptos
políticos que luchan sucia y ambiciosamente por llegar al poder, o seguir en él.
Por lo demás, el mexicano común está
tranquilo, sin emoción política, mirando y padeciendo el cómo gastan dinero
público, a millonadas, los pretendientes a las ubres gubernativas.
Pero los políticos mexicanos, y sus
seguidores, están cargando el ambiente de traiciones, amenazas, mentiras,
corruptelas, rumores, ilicitudes, violencia, odio, asesinatos, y ahora con
perversos presagios y maléficos deseos.
Héctor Aguilar Camín, sensible y
experimentado, nos transmite, a través del artículo Rumores lúgubres, las
hablillas irresponsables, pero alarmantes y escurridizas, de posibles atentados
a candidatos presidenciales.
Y al ex presidente Vicente Fox Quesada,
frente a una real ventaja de AMLO en la campaña presidencial, se le sale del
cerco de sus dientes: “Dejemos que siga soñando con la presidencia, ya que
Lopitos nunca se pondrá la banda presidencial.”
Esa tirria contra Andrés Manuel no es
nueva, pero en su antigüedad se nota una renovación rabiosa, compartida por
todas las alianzas partidistas recién nacidas de irracionales mezclas, más los
inde-pendientes; y él en réplica previene, o amenaza: “si hay fraude me voy,
pero a ver quién amarra al tigre”.
Y todos saben que si AMLO no gana, AMLO
denuncia fraude. Su lógica la obtuvo bajo el auxilio del agresivo y torpe poder
público.
Ricardo Anaya juega con lumbre propia y
ajena, y ahora es el objetivo novel de toda la fuerza gubernativa, a la que se
suman poderosos ex compañeros de su partido, y sus ex cómplices.
Antipático natural, Anaya exhibe más
defectos que cualidades, y también le presagian, o le desean, que ¡no llegará!,
cueste lo que cueste, pues en su plan de gobierno destaca: “meter a la cárcel a
Enrique Peña Nieto”, en franco tono de venganza.
Y a José Antonio Meade le desean o le
presagian, según rumores, que si no prende, sus amigos lo prenden.
Triste espectáculo dan los políticos
mexicanos en el aquelarre del 2018.
Algunos hablan del retorno de los
asesinatos políticos para provocarlos. ¡Vaya irresponsable estupidez!
Otros tomamos el tema con la sana
intención de que, el análisis y la evocación, sirvan para que nunca jamás
vuelvan a darse en la vida de México.
El antes violento, "amenaza para
México", exige a sus contendientes: "bájenle una rayita".