LOGOS
Patológica empleomanía
CDMX
CONSTITUYENTES CÉLEBRES
Y COSTOSOS
Nuestra Carta Magna, en su versión
vigente al mes de febrero 2016, es un ejemplo claro de lo que no debe hacerse
en materia legislativa.
Toda ley, y la fundamental con mayor
razón, debe ser breve, sencilla, clara, precisa, directa, al alcance de los
niveles culturales de las personas a quienes rige, para el efecto de que la
comprendan. Si no es así, jamás podrán cumplirla a conciencia sabida y honrada.
Nuestra Constitución Federal,
lamentablemente para todos, se ha convertido en tragicómico enredo.
Se puede entender que habiendo entrado
en vigencia casi la totalidad de la constitución el primero de mayo del 1917,
con 136 artículos y 16 transitorios, para el día de hoy tenga cerca de 1500
reformas y adiciones, ya que son preceptos fundamentales para la vida humana de
los mexicanos; y si la vida cambia, debe cambiar el derecho.
Ningún ser humano adulto sigue usando la
misma vestimenta que usaba al mes de nacido.
Lo que ha sido una irresponsabilidad de
nuestro congreso constituyente permanente es el aprobar reformas y adiciones
contrarias o contradictorias que coexisten en el mismo texto. Ejemplos: el
haber retornado lamentablemente al jusnaturalismo, dejando al estatismo muy mal
herido, o el generar confusiones con el principio de supremacía constitucional,
coqueteando a los poderosos globalizadores, con tratados internacionales, a
costa de un nacionalismo vigente, y aún necesario.
La ignorancia de la mayoría de miembros
del constituyente permanente, y la maña de otros, han constituido a nuestra
Carta Magna con cientos de conjuntos de artículos transitorios
desnaturalizados, pues portan en sus entrañas normativas preceptos sustantivos
de graves mandatos.
Es el caso de la Asamblea Constituyente
para elaborar la Constitución de la Ciudad de México, en donde no siendo esta
ciudad un "Estado", sino una simple entidad federativa residencia de los
Poderes de la Federación, lo lógico jurídico, lo simple, lo económico, lo
ético, lo político, lo mejor, resulta ser que con el procedimiento ordinario
legislativo federal se constituyeran esas normas fundamentales para la capital
del país.
Ya el Constituyente Permanente aprobó en
nuestra Carta Magna bases generales de dicha constitución. No es necesario costear
a 100 célebres notabilísimos de encarecidos servicios, y calidad dudosa, y a la
insaciable y torpe burocracia escogida por ellos y que la empleomanía oficial
pagará a costa del erario. Algunos tienen renombre por sus negocios políticos
traviesos, pero siempre han sido inútiles para cosas serias y menesteres
legislativos.
60 serán escogidos por partidos
políticos, e independientes, y sujetos a proceso electoral de suyo maleado, 14
por los senadores, 14 por los diputados federales, 6 del Presidente Peña Nieto,
y 6 de Mancera, jefe de gobierno del DF. Todos como bucaneros que reparten botín,
compartido con sus favoritos.
¡México no merece eso!