lunes, 8 de febrero de 2016

LOGOS
Patológica empleomanía CDMX
CONSTITUYENTES CÉLEBRES Y COSTOSOS
        Nuestra Carta Magna, en su versión vigente al mes de febrero 2016, es un ejemplo claro de lo que no debe hacerse en materia legislativa.
        Toda ley, y la fundamental con mayor razón, debe ser breve, sencilla, clara, precisa, directa, al alcance de los niveles culturales de las personas a quienes rige, para el efecto de que la comprendan. Si no es así, jamás podrán cumplirla a conciencia sabida y honrada.
        Nuestra Constitución Federal, lamentablemente para todos, se ha convertido en tragicómico enredo.
        Se puede entender que habiendo entrado en vigencia casi la totalidad de la constitución el primero de mayo del 1917, con 136 artículos y 16 transitorios, para el día de hoy tenga cerca de 1500 reformas y adiciones, ya que son preceptos fundamentales para la vida humana de los mexicanos; y si la vida cambia, debe cambiar el derecho.
        Ningún ser humano adulto sigue usando la misma vestimenta que usaba al mes de nacido.
        Lo que ha sido una irresponsabilidad de nuestro congreso constituyente permanente es el aprobar reformas y adiciones contrarias o contradictorias que coexisten en el mismo texto. Ejemplos: el haber retornado lamentablemente al jusnaturalismo, dejando al estatismo muy mal herido, o el generar confusiones con el principio de supremacía constitucional, coqueteando a los poderosos globalizadores, con tratados internacionales, a costa de un nacionalismo vigente, y aún necesario.
        La ignorancia de la mayoría de miembros del constituyente permanente, y la maña de otros, han constituido a nuestra Carta Magna con cientos de conjuntos de artículos transitorios desnaturalizados, pues portan en sus entrañas normativas preceptos sustantivos de graves mandatos.
        Es el caso de la Asamblea Constituyente para elaborar la Constitución de la Ciudad de México, en donde no siendo esta ciudad un "Estado", sino una simple entidad federativa residencia de los Poderes de la Federación, lo lógico jurídico, lo simple, lo económico, lo ético, lo político, lo mejor, resulta ser que con el procedimiento ordinario legislativo federal se constituyeran esas normas fundamentales para la capital del país.
        Ya el Constituyente Permanente aprobó en nuestra Carta Magna bases generales de dicha constitución. No es necesario costear a 100 célebres notabilísimos de encarecidos servicios, y calidad dudosa, y a la insaciable y torpe burocracia escogida por ellos y que la empleomanía oficial pagará a costa del erario. Algunos tienen renombre por sus negocios políticos traviesos, pero siempre han sido inútiles para cosas serias y menesteres legislativos.
        60 serán escogidos por partidos políticos, e independientes, y sujetos a proceso electoral de suyo maleado, 14 por los senadores, 14 por los diputados federales, 6 del Presidente Peña Nieto, y 6 de Mancera, jefe de gobierno del DF. Todos como bucaneros que reparten botín, compartido con sus favoritos.
        ¡México no merece eso!