LOGOS
Bicentenario, muerte
de Morelos
MODERAR OPULENCIA E
INDIGENCIA
Firma la sentencia de muerte contra José
María Morelos, el 20 de diciembre del 1815, el Virrey Félix María Calleja.
Su sentencia carece de forma y fondo
jurídicos, conforme preceptos de la época para casos ordinarios. Obvio, ese
caso como otros similares no era usual, y fueron tratados como expedientes
políticos de hechos que afectaron al Estado de aquellos tiempos: la Corona
Española.
El poder en los últimos años de la Nueva
España se ejerció, contra curas insurgentes, a través de organismos especiales
de jurisdicciones unidas: fuero común, eclesiástico, y militar. La insurgencia estuvo
atestada de sotanas pobres y humilladas por un clero aristocrático y soberbio.
Tres procesos tuvo que soportar Morelos,
de los cuales debieron desprenderse veredictos; siendo uno de ellos al que hace
alusión la sentencia de Calleja: "De conformidad con el dictamen que
precede del señor auditor de guerra, condeno a la pena capital en los términos
que expresa al reo Morelos... mando que dicho reo sea ejecutado fuera de garita,
en el paraje y hora que señalaré, y que de inmediato se dé sepultura... a su
cadáver sin... ponerlo a la expectación pública..."
Calleja firma su resolutivo final en
base a la causa militar, a la que el destacado historiador Carlos Herrejón
Peredo califica de "llamada impropiamente causa de la capitanía
general"; empero, impropia o no, dio fundamento a la sentencia de muerte
de "Morelos", así llamado por uno de sus apellidos, como determinó
con error judicial el poderosos Calleja, y en contra de quien obtuvo en su bautismo
seis nominativos: "José María Teclo Morelos Pavón y Pérez."
Y como es la mayoría de la gente que
ejerce el poder, aquí y allá, antes o ahora, manipuladora de la verdad y de la
mentira, Calleja sentencia que, aunque Morelos ofrece colaborar y ha confesado
y se ha arrepentido, se aplica de todas maneras la pena de muerte en su contra
"ya que en el orden de la justicia sería un escándalo absolverle... pues
sería un motivo para que los demás reos de su clase menos criminales
solicitasen igual gracia..."
Y califica su sentencia como "justa
venganza", pues la muerte es "el único medio que corresponde... a los
vasallos alzados contra su legítimo soberano..."
La ejecución de la sentencia se encarga,
en ese mismo resolutivo, al coronel Manuel de la Concha, quien notifica a
Morelos esa decisión el 21 de diciembre del 1815.
Un día después se le fusiló. Este
próximo 22 de diciembre se cumple el bicentenario de ese hecho. Físicamente
desapareció Morelos, y Calleja, inescrupuloso, murió en Valencia, España, en
1828; de éste sólo queda un recuerdo aborrecido, en cambio José María Morelos
nos entregó su ejemplo, sus obras, y sus ideales.
Morelos, padre fundador de México, nos
aconseja bien: moderar la opulencia y la indigencia. Si el Presidente Enrique
Peña Nieto se suma al consejo, ¡le tomamos la palabra!