lunes, 2 de noviembre de 2015

LOGOS
El valor de la fe
LO ÍNTIMO DE NOSOTROS
        Después de pasar el huracán Patricia por México, el Presidente Enrique Peña Nieto dio una explicación pública de ese fenómeno natural, y de las actitudes culturales de los mexicanos frente a esa precipitación atmosférica.
        Sus palabras textuales fueron: "Yo creo que en buena medida el tener un saldo blanco ante el impacto de ese huracán se debe en mucho a la fe del pueblo de México, a tener fe en sí mismo y al haberse unido todos... lo que en mucho evitó este desastre".
        Esa parte del mensaje presidencial generó críticas que, a mi observar, han sido injustas; acaso motivadas más por la actitud que por el concepto externado, ya que al pronunciarlo, sus ojos nerviosos tenían la viveza del mirar de la mayoría de los predicadores que suben a un púlpito.
        Nadie, salvo Peña Nieto, puede saber la intención profunda de su expresión oratoria, ya que la fe es algo íntimo de cada ser humano. ¿Quiso ironizar suavemente?, ¿tuvo un sentimiento religioso?, ¿intentó fortalecer su relación política con cristianos?, o, ¿sólo citó antropológicamente a la fe?, la que existe como una aptitud respetable de todo humano.
        Encontramos la fe en muchas formas, y en diversas religiones. La católica viene del cristianismo, y la de éste le adviene de la religión judaica. Está en la Epístola a los romanos como virtudes teologales, y en el Evangelio de Mateo: "... os aseguro que si tuviereis fe como un granito de mostaza, podréis decir a ese monte: Trasládate de aquí a allá, y se trasladará, y nada os será imposible."
        Personal carezco de fe religiosa; pero sí tengo fe en el ser humano, en su trabajo organizado, en su inteligencia, en su honorabilidad.
        Soy testigo que con su confianza en sí mismo, su sentido filosófico valorativo y su tecnología, ha movido montañas, para bien o para mal.
        Las desaparece como montañas, al sacar de ellas arena, graba, tierra, piedras, materiales que convierte en carreteras, edificios, puentes, casas. Pero esta reconversión no se efectúa exclusivamente con la fe, pues requiere de más cosas.
        Nadie se equivoque, nadie. Para resolver los grandes, peligrosos y graves, problemas que tiene México, como el económico, seguridad, y el educativo, no es suficiente con la fe ni con la unidad en torno al deseo de resolverlos, ya que es indispensable el esfuerzo organizado de los mexicanos, con la dirigencia y rumbo correctos, inteligencia y honestidad.
        El escritor nacionalizado guatemalteco Augusto Monterroso, (1921-2003) nacido en Honduras de padre guatemalteco, en su prosa breve, sencilla, profunda y encantadora, escribió con humor sobre la fe, esa que mueve montañas apareciéndolas y desapareciéndolas a capricho, para confundirnos a todos, y sujetar, a los turistas que viajan por carreteras nacionales, al peligro de un descalabro.
        Aún así, tengamos fe en nosotros mismos, y en los demás que se ganen nuestra confianza; ¿o no?, Presidente Peña Nieto.