LOGOS
El valor de la fe
LO ÍNTIMO DE
NOSOTROS
Después de pasar el huracán Patricia por
México, el Presidente Enrique Peña Nieto dio una explicación pública de ese
fenómeno natural, y de las actitudes culturales de los mexicanos frente a esa precipitación
atmosférica.
Sus palabras textuales fueron: "Yo
creo que en buena medida el tener un saldo blanco ante el impacto de ese
huracán se debe en mucho a la fe del pueblo de México, a tener fe en sí mismo y
al haberse unido todos... lo que en mucho evitó este desastre".
Esa parte del mensaje presidencial
generó críticas que, a mi observar, han sido injustas; acaso motivadas más por
la actitud que por el concepto externado, ya que al pronunciarlo, sus ojos
nerviosos tenían la viveza del mirar de la mayoría de los predicadores que
suben a un púlpito.
Nadie, salvo Peña Nieto, puede saber la
intención profunda de su expresión oratoria, ya que la fe es algo íntimo de
cada ser humano. ¿Quiso ironizar suavemente?, ¿tuvo un sentimiento religioso?, ¿intentó
fortalecer su relación política con cristianos?, o, ¿sólo citó
antropológicamente a la fe?, la que existe como una aptitud respetable de todo humano.
Encontramos la fe en muchas formas, y en
diversas religiones. La católica viene del cristianismo, y la de éste le
adviene de la religión judaica. Está en la Epístola a los romanos como virtudes
teologales, y en el Evangelio de Mateo: "... os aseguro que si tuviereis
fe como un granito de mostaza, podréis decir a ese monte: Trasládate de aquí a
allá, y se trasladará, y nada os será imposible."
Personal carezco de fe religiosa; pero
sí tengo fe en el ser humano, en su trabajo organizado, en su inteligencia, en
su honorabilidad.
Soy testigo que con su confianza en sí
mismo, su sentido filosófico valorativo y su tecnología, ha movido montañas,
para bien o para mal.
Las desaparece como montañas, al sacar
de ellas arena, graba, tierra, piedras, materiales que convierte en carreteras,
edificios, puentes, casas. Pero esta reconversión no se efectúa exclusivamente
con la fe, pues requiere de más cosas.
Nadie se equivoque, nadie. Para resolver
los grandes, peligrosos y graves, problemas que tiene México, como el
económico, seguridad, y el educativo, no es suficiente con la fe ni con la
unidad en torno al deseo de resolverlos, ya que es indispensable el esfuerzo
organizado de los mexicanos, con la dirigencia y rumbo correctos, inteligencia
y honestidad.
El escritor nacionalizado guatemalteco
Augusto Monterroso, (1921-2003) nacido en Honduras de padre guatemalteco, en su
prosa breve, sencilla, profunda y encantadora, escribió con humor sobre la fe, esa
que mueve montañas apareciéndolas y desapareciéndolas a capricho, para confundirnos
a todos, y sujetar, a los turistas que viajan por carreteras nacionales, al
peligro de un descalabro.
Aún así, tengamos fe en nosotros mismos,
y en los demás que se ganen nuestra confianza; ¿o no?, Presidente Peña Nieto.