LOGOS
Beneficio de la duda
DUDA DEL BENEFICIO
El clima
político de México ha cambiado, y no para bien. El material humano energizado
tiende hacía el caos en todos los fenómenos sociales.
La
inseguridad pública agudiza sus atrocidades, y parece una competencia entre
malignos terroristas de intereses contrapuestos, y de diversos rangos, que van
desde lo internacional, hasta narcos en tienditas de barrio.
Nuestra
economía se sigue desacelerando peligrosamente, a grado de ahogamiento
abrasivo.
Si
observamos el fenómeno educativo mexicano, éste ha perdido tiempo, esfuerzo,
calidad y rumbos.
Empero, aún
hay millones de mexicanos, y centenas de miles de personas morales que
constituyen la parte productiva, excelente y salvable del país.
De esa parte
buena se sustenta la gente mala. Los delincuentes son portadores de perversidad,
y sujetos activos de delitos; y los sujetos pasivos, es decir, las víctimas,
son por lo general los humanos productivos.
Obvio, ese
panorama de hechos, y actos, tiene causas y efectos que, en forma dialéctica se
retroalimentan, con dirección a un choque de contradicciones que no presagia
nada bueno.
Frente a ese
agobiante panorama, la presidente Claudia Sheinbaum está compresionada.
Sus presiones
tienen muchas causas, desde sus múltiples pecados originales de carácter
electoral, hasta su equívoca negación a tener una luna de miel de los primeros 100
días de su mandato.
Apenas ha
cumplido 15 días como presidente, y no está en la cúspide.
Todavía no termina de subir a la cima del poder, y ya se
le nota el desgaste.
La ascensión
al poder se paga con el descenso. La tristeza del declive es el precio con que
se sufraga el júbilo de subir.
Ni siquiera el gabinete es de la presidente
Sheinbaum; menos le son propias las ideas ni las palabras que ha externado.
La maña,
y la nera; es decir, la mañanera, le fue impuesta y heredada; y el
ligero y banal maquillaje (que le puso a ese evento) remarca una burda
imitación que la rebaja.
Si lo
anterior, la reprueba en la forma; en el fondo obtiene una calificación más
reducida. Se envilece al ser paupérrima copia de un cuatrote que se apropió del
poder presidencial.
Por ende, no
ha lugar al beneficio de la duda.
Prosigue la presidente Sheinbaum, con mayor inquina, la
destrucción de todo lo mejor que se tenía, y retoma el derrotero hacia la
dictadura.
Está a punto de masacrar al Poder Judicial Federal,
eligiendo a jueces y magistrados a través de tómbolas burlescas y amañadas.
Hasta a la embajada de los EU han llegaron los
vientecillos dictatoriales.
La presidente Sheinbaum ordenó, e hizo pública la orden
personalizada para el embajador Ken Salazar (para ningún otro): “Se
establecieron claramente lineamientos generales; porque a veces el embajador
acostumbra a llamar a un secretario, otro secretario, a otro secretario más.
Ahora le dijimos, bueno, si quiere tratar algún tema que corresponda a la
secretaría de energía, porque hay algún empresario estadunidense interesado en invertir,
y ver la disponibilidad, pues a través de la cancillería. Esos son algunos de
los lineamientos. Así se ordena de manera importante esa relación”.
De seguir así la presidente Sheinbaum, con desatinos en
el derecho internacional público, el próximo embajador de EU en México vendrá
bajo los lineamientos de que se le escoja a través de una tómbola, en donde se
deje operar la experiencia electorera de doña Claudia.
Dada esa realidad, ¿merece nuestra presidente Sheinbaum
el beneficio de la duda?
¡No!, lo que prosigue es la duda del beneficio.
Por ejemplo, la principal medida económica tomada, hasta
el momento por la presidente, es la ampliación de más dádivas, y con mayores
montos, para seguir comprando la voluntad de los electores.
Así, pronto nuestra economía estallará.
Una nación que sólo come, y no produce, no es viable.
Urge que el Poder Judicial Federal frene tanta bribonada y tontejez gubernativa.