LOGOS
Juegos sucios y mafiosos
REFORMAS, Y MÁS REFORMAS, A LA REFORMA JUDICIAL
Los
“cárteles”, como formas de organización social, están de moda por su singularidad
y su eficacia; empero, su actividad es una cadena de juegos sucios y mafiosos.
Lo que era
la cámara de diputados, ahora es el cártel de los diputados.
Lo que solía
ser la cámara de senadores, hoy es el cártel de los senadores.
Lo que se
conocía como poder ejecutivo, ha sido transformado como cártel ejecutivo.
Y esos
cárteles unidos, a golpes de juegos repugnantes, se han empeñado en destruir al
Poder Judicial Federal en su naturaleza jurídica de órgano que controla los
actos de autoridad violadores de derechos humanos, a través de juicios de
amparo, controversias, y acciones, de constitucionalidad.
En el primer
intento, su reforma judicial les resultó inservible, debido a su falta de
razón, aunada a su supina ignorancia.
Su segunda pretensión
quiso recomponer sus deficiencias primerizas, y les resultó peor.
Ahora, a su
tercer afán caprichoso, y torpe, le llamaron “supremacía constitucional”,
tomando como base el principio que sustenta el artículo 135 de nuestra Carta
Magna, y añadiéndole en sus artículos transitorios efectos de anulación a
procesos jurisdiccionales que se encuentran, activos, en secuela de juicios de
amparo, controversias, y acciones, constitucionales en varios órganos del Poder
Judicial Federal.
Pero, entre
más tontean esos cárteles unidos, más exhiben su mala fe y su idiotez en el
campo del derecho.
Todos esos
actos de autoridad, en donde los perversos talacheros (Sheinbaum, Adán Augusto,
Noroña, Monreal, y anexas) se enredan en sus propias sevicias y vilezas, siguen
con mayor razón sujetos al control jurisdiccional del Poder Judicial Federal.
Sólo le
falta a esta caterva de cárteles gubernativos suscribir su siguiente reforma a
la reforma, de la reforma a la reforma judicial, en donde su extrema iniciativa
ordene:
‘Se abrogar toda la Ley de Amparo y, además, se abroga
toda la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, con
todas sus adicciones y reformas’.
La fuerza de
las pasiones de ese morenísimo chabacano se puede sintetizar en una frase:
malos sentimientos y pésimas acciones.
Se han
podrido demasiado pronto, y de manera acelerada.
Ya es tiempo
de que el Honorable Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación resuelva
los juicios de amparo, las controversias, y acciones, de constitucionalidad
referidas a todas esas reformas de las reformas al Poder Judicial Federal; y
reciba, admitiéndolas a trámite, las que se sigan presentado, atrayendo todos
los casos existentes con la facultad legal que tiene para ello.
La
aplicación del derecho a los casos concretos con interés controvertido es una
de las más nobles tareas, y debe hacerse con independencia, ejercicio soberano,
responsabilidad e inteligencia.
Que nadie se
burle de los mexicanos. ¡Nadie!
Ni la tóxica
Sheinbaum con sus continuos juegos sucios, desde sus orígenes hasta sus lances de
encomendera despistada y testaruda.
Ni el resto
de los lacayos de la encomienda mafiosa, desorientados por un Adán, por un
Noroña, por un Monreal, y los innombrables anexos, tan alejados del pueblo.
¡Que nadie
se burle de los mexicanos!
Todos,
unidos, reconstruyamos a las instituciones de México, en torno a un Poder
Judicial Federal, con todas sus facultades de control constitucional, sin
tómbolas payasas ni votos del narcoterrorismo manipulado por los cárteles
gubernativos.
México vive,
y seguirá viviendo.