LOGOS
Muros de Trump y AMLO
EVITADOS POR TÚNELES EFICACES
Escribir
sobre “muros” implica reconocer que estamos ante una palabra multívoca, por sus
variadas aplicaciones: muros convertidos en murales por el genio pictórico del
jalisciense José Clemente Orozco (1883-1949), muros construidos para ser
cortinas hidráulicas y contener la fuerza del río Balsas en la presa del
Infiernillo, muros para delimitar una casa habitación erigida bajo deseo de un
hogar bien avenido.
En
este artículo, sin embargo, trato sobre dos muros largos y elevados, tan
inútiles como grotescos, así como costosos.
El
primero, el muro que pretende proseguir el presidente Donald Trump; y, el
segundo, el que construye con odio avinagrado el presidente Andrés Manuel López
Obrador.
El
muro que Trump ha hecho suyo comenzó a construirse en 1994 en la frontera de
México con los EU, a iniciativa del presidente Bill Clinton, con el ánimo de
frenar la migración ilegal y el trasiego de drogas, pero al ver su ineficacia
lo dejaron en olvido.
Pero
el candidato Donald Trump convirtió a ese muro en la principal oferta de su
campaña, asegurando algo obvio, que México lo pagaría totalmente.
Trump
sabe que nuestro país ha venido pagando con su territorio, sus recursos
materiales y su mano de obra, gran parte de la calidad de vida estadunidense.
Cierto,
no ha habido mucho avance en esa malhadada construcción del muro de marras, ya
que la mayor parte de lo autorizado se enfoca a reconstruir los largos tramos
destruidos. Y es muy caro su mantenimiento.
Y,
ahora, el presidente Trump se da cuenta de lo infructífero de ese muro largo y
elevado, pues los ingeniosos topos humanos tienen perforado subterráneamente
ese valladar, y pronto los dinámicos tornados lo abatirán.
La
naturaleza no perdona.
Ante
la realidad, Trump recibe en su cara la tosida de Jim Carrey, embarrándole en
pleno rostro su pañuelo mocoso, según el video armado por el cómico, como
también obtiene la información alarmante de un túnel con iluminación,
ventilación, rieles y vehículo, para trasladar cosas ilegales de Tijuana a San
Diego.
El
presidente estadunidense registra, además, que en diversas partes de ese muro
existen innumerables corredores subterráneos.
La primera reacción de Trump, como siempre, fue utilizar su cuenta oficial de Twitter: “México debe tomar el control de ese gran problema… con esos túneles los narcotraficantes mexicanos se están poniendo realmente audaces”.
La primera reacción de Trump, como siempre, fue utilizar su cuenta oficial de Twitter: “México debe tomar el control de ese gran problema… con esos túneles los narcotraficantes mexicanos se están poniendo realmente audaces”.
Pronto sabremos qué órdenes,
al respecto, le dará Trump al presidente López Obrador, y éste tendrá que
decidir su hacer, frente al conflicto de sus dos querencias.
El segundo muro que advierto,
largo y alto, es el edificado por AMLO, en su torpe confusión, entre él y
millones de mexicanos.
Ocurrente, pero irresponsable,
Andrés Manuel motivó muchos entusiasmos, los que ahora, frente a la dura
realidad y por decisiones presidenciales ineficaces, se han convertido en desilusiones
profundas.
En su falsa e inconsistente
visión divide (lo indivisible) la historia de México, en cuatro
transformaciones, hechas y derechas; aunque las tres primeras nunca fueron
simples y bobas transformaciones, sino revoluciones dadas en un proceso
vivencial dialéctico.
Y la chistosamente llamada “cuarta
transformación” ni está hecha ni está derecha, ni transforma nada ni es la
cuarta; sólo es un gobernar chueco, caótico, contradictorio, y sin sentido a la
vista.
Sumado a lo anterior, ese muro
largo y elevado que AMLO está levantando entre él y los gobernados que
observamos sus tercas y gravosas ineptitudes, empieza a tener variados y
pertinentes túneles construidos por mexicanos, unidos, al margen de ese
errático gobierno federal.