LOGOS
Exigimos a AMLO
NO MÁS ASESINATOS NI
VOTOS COMPRADOS
Cientos de ciudades mexicanas tienen en
llamas a sus cercanos derredores, por equívocas razones agrícolas, o por
táctica de voraces fraccionadores.
Por doquier huele a humo de esas quemas
vecinas. Los horizontes se acortan, neblinosos, y el cielo se observa gris y
triste.
A la creciente violencia entre humanos,
se agrega el crimen contra el medio ambiente. Son tétricas esas agresiones
contra fuentes de la vida. Contaminamos agua, tierra y aire, a grado de parecer
suicidas.
El presidente López Obrador apesadumbrado
(en una de sus peroratas impositoras diarias de la agenda nacional) dijo:
"El asesino, un joven, por una cantidad de poco monto, 5 mil pesos,
fíjense a lo que llegamos…" Hablaba del tiroteo y asesinato en Cuernavaca
hace días.
Descubrió el precio que para los
criminales cuesta una vida humana, primero, para después, como es su aviesa
costumbre, asegurar que la culpa la tienen sus antecesores, aunque esos
crímenes se cometan en su administración.
En realidad, en las regiones pobres del
país, por menos de 500 pesos se mata a una persona; además, si de precios se
tratara, la cuarta transformación abanderada por AMLO, en el fondo, da del
erario 2,500 pesos cada 2 meses, para la compra de votos futuros, disfrazada de
generoso obsequio social.
Cierto, la vida y el voto valen mucho
más; pero si se paga para matar a un humano, o se paga para que sigan votando
por AMLO, lo del precio es baladí, lo grave es que ésas, como otras compras
ilícitas, vienen del gobierno y generan en México una atroz descomposición
social.
Que los anteriores presidentes hayan operado
y permitido la corrupción, a su estilo y conforme a sus circunstancias, debería
llevarlos a ellos, y a sus colaboradores culpables, a juicios apegados a
derecho; pero lo protervo en el caso de AMLO es que sólo los exhibe
públicamente a cada rato, pero sin hacer nada eficaz para sancionarlos. Esto lo
hace cómplice.
Y a eso se añaden las propias conductas
que ejerce AMLO fuera de ley, envueltas a veces en frases aceptables, pero con
claras intenciones electorales: "No me voy a rodear de lambiscones y
barberos". Pensemos, ¿y qué va a hacer con la mayoría de sus
colaboradores?
"Ya se quitó el CISEN… porque yo me
informo por medio del pueblo, por eso hablo con todos, y ahí me van diciendo, y
voy recogiendo sus sentimientos".
Que el CISEN se haya cerrado por no
servir para nada, ¡a mí me parece muy bien!; pero que AMLO piense que el pueblo
le trabaja ahora como CISEN, es injuriar al pueblo, aparte de auto engañarse.
AMLO no habla con el pueblo, él no
escucha al pueblo. Acaso habla con, y escucha a, personas físicas que él
considera que personifican a esa ficción llamada pueblo, y a quien él, erróneo,
convierte en lambisconas y barberas.
Millones de mexicanos, no escuchados aún,
le exigimos que no fomente ni permita más asesinatos, y que no compre votos con
el erario, a ningún precio.