LOGOS
¡Despierte!,
presidente
AL GANSO LO HACEN
PATO
El presidente AMLO está educando. Su
conducta en el ejercicio del poder enseña a todos, para bien, o para mal.
A sus palabras y a su imagen tenemos que
gozarlas o padecerlas, desde muy temprano hasta muy noche; es decir, todo el
día.
No se sabe cuánto pagamos a todos los
medios de comunicación que AMLO emplea. Porque, seguro, se paga con nuestros
impuestos.
Su retórica tarda, repetitiva y monótona,
es abrumadora; llena de errores y contradicciones.
Por otra parte, los maestros mexicanos
son trabajadores capaces y honestos que sufren a dos fuerzas nocivas: a las
autoridades educativas y a los líderes sindicales.
Esa alimaña bicéfala explota al
magisterio de nuestro país, y ha carcomido a la educación.
Autoridades y líderes sindicales han
acabado con aquellas magníficas escuelas públicas a las que asistimos muchas
generaciones; hoy esos funcionarios y dirigentes obreros llevan a sus hijos y a
sus nietos a escuelas privadas. Sus protervos actos los han enriquecido, y han
empobrecido al pueblo al debilitar a la educación pública, generando una
educación privada, por lo general, más mercantilista que académica.
Esa maldad está a la vista. Los funcionarios
no pagan a los maestros, y la CNTE empieza su arguende: abandona a los
educandos, toma oficinas, calles, comercios, bancos, vías de tren, aeropuertos.
Algunos buenos maestros son obligados a prestarse a ese engranaje delictivo.
Esas tácticas siniestras se llevan a
extremo, hasta que los dirigentes obtienen, como en este reciente caso en
Michoacán, más de mil millones de pesos del erario, autorizados
unipersonalmente por el presidente López Obrador.
¿Por qué este pago no lo puso a consulta popular?,
a efecto de que la ciudadanía decida si se entregan o no esas multimillonarias
cantidades, y a quiénes se otorgan.
Pero no lo hizo AMLO, porque la CNTE es
parte de sus adeptos. Y mucho de ese dinero no llega a los hogares de los
maestros, sino a los bolsillos de los líderes chantajistas.
Esas conductas ilícitas, del que da y del
que recibe, actualizan hipótesis jurídicas penales. Pero no habrá sanciones,
pues al ganso lo hacen pato, o él mismo gusta hacerse soso.
AMLO resolvió con mucho dinero la toma de
las vías del tren. Pagó el soborno, y dejaron libre partes de la vía. A las 48
horas las volvieron a obstruir.
Ya le tomaron la medida a AMLO; él así enseña
y educa a todos.
Quienes deseen algo, ya saben cómo
obtenerlo: tomando las vías del tren; acto que no es delito, según AMLO, y
quien por esa “travesura” pagar con dinero de los mexicanos.
El desubicado presidente Felipe declaró
la guerra a organizaciones criminales; el confundido presidente AMLO da por
terminada la guerra. Dos maneras de hacerse patos ante la inseguridad de un
México peor que Afganistán, según Trump.
Al triunfo de su elección, AMLO se sintió
en un sueño; acaso siga en él. Por eso, ¡ya despierte!, presidente. Y no mal
eduque.