lunes, 4 de febrero de 2019


LOGOS
¡Despierte!, presidente
AL GANSO LO HACEN PATO
       El presidente AMLO está educando. Su conducta en el ejercicio del poder enseña a todos, para bien, o para mal.
       A sus palabras y a su imagen tenemos que gozarlas o padecerlas, desde muy temprano hasta muy noche; es decir, todo el día.
       No se sabe cuánto pagamos a todos los medios de comunicación que AMLO emplea. Porque, seguro, se paga con nuestros impuestos.
       Su retórica tarda, repetitiva y monótona, es abrumadora; llena de errores y contradicciones.
       Por otra parte, los maestros mexicanos son trabajadores capaces y honestos que sufren a dos fuerzas nocivas: a las autoridades educativas y a los líderes sindicales.
       Esa alimaña bicéfala explota al magisterio de nuestro país, y ha carcomido a la educación.
       Autoridades y líderes sindicales han acabado con aquellas magníficas escuelas públicas a las que asistimos muchas generaciones; hoy esos funcionarios y dirigentes obreros llevan a sus hijos y a sus nietos a escuelas privadas. Sus protervos actos los han enriquecido, y han empobrecido al pueblo al debilitar a la educación pública, generando una educación privada, por lo general, más mercantilista que académica.
       Esa maldad está a la vista. Los funcionarios no pagan a los maestros, y la CNTE empieza su arguende: abandona a los educandos, toma oficinas, calles, comercios, bancos, vías de tren, aeropuertos. Algunos buenos maestros son obligados a prestarse a ese engranaje delictivo.
       Esas tácticas siniestras se llevan a extremo, hasta que los dirigentes obtienen, como en este reciente caso en Michoacán, más de mil millones de pesos del erario, autorizados unipersonalmente por el presidente López Obrador.
       ¿Por qué este pago no lo puso a consulta popular?, a efecto de que la ciudadanía decida si se entregan o no esas multimillonarias cantidades, y a quiénes se otorgan.
       Pero no lo hizo AMLO, porque la CNTE es parte de sus adeptos. Y mucho de ese dinero no llega a los hogares de los maestros, sino a los bolsillos de los líderes chantajistas.
       Esas conductas ilícitas, del que da y del que recibe, actualizan hipótesis jurídicas penales. Pero no habrá sanciones, pues al ganso lo hacen pato, o él mismo gusta hacerse soso.
       AMLO resolvió con mucho dinero la toma de las vías del tren. Pagó el soborno, y dejaron libre partes de la vía. A las 48 horas las volvieron a obstruir.
       Ya le tomaron la medida a AMLO; él así enseña y educa a todos.
       Quienes deseen algo, ya saben cómo obtenerlo: tomando las vías del tren; acto que no es delito, según AMLO, y quien por esa “travesura” pagar con dinero de los mexicanos.
       El desubicado presidente Felipe declaró la guerra a organizaciones criminales; el confundido presidente AMLO da por terminada la guerra. Dos maneras de hacerse patos ante la inseguridad de un México peor que Afganistán, según Trump.
       Al triunfo de su elección, AMLO se sintió en un sueño; acaso siga en él. Por eso, ¡ya despierte!, presidente. Y no mal eduque.