viernes, 14 de abril de 2017

LOGOS
TLC se modernizará
LOS AZTECAS ERAN NAZIS
        La voz de todo imperio porta, en el fondo o en la forma, imperialismo. A veces, como el caso de la hermana España, ya sin alcances de realeza despótica, sigue padeciendo a algunos españoles con ese viejísimo síndrome.
        Caso individualizado lo protagonizó, recientemente, el presidente de la televisión pública española José Antonio Sánchez, quien presintiendo sus equívocas percepciones se disculpó de antemano: "Mi falta de conocimiento sobre el asunto, mi exceso de trabajo y el poco tiempo que he tenido hace que la calidad de las palabras que voy a pronunciar deje mucho que desear, por lo que pido perdón por las mismas".
        Lo dicho, por él, hace que merezca el perdón, pero también que merezca el despido de su cargo público, tan necesariamente vinculado con toda América, sobre todo la de habla hispana.
        Su concepto sobre que “España no fue colonizadora, fue evangelizadora”, es de entrada mitad mentira; siendo la otra mitad una verdad a medias. Está a la vista de todos que España fue colonizadora. En esto no hay duda.
        Y España fue evangelizadora, tanto con misioneros humanistas, a quienes gratamente se les recuerda, como con monjes asesinos, ladrones y violadores de ingrata memoria.
        No pueden ser bondades de la conquista las iglesias ni las escuelas ni los hospitales, porque varias de las 136 naciones que existían en 1519 en este territorio, que hoy es México, tenían templos, colegios, y contaban con sanatorios, a la altura de sus tiempos y bajo el desarrollo de sus condiciones.
        Pero todo lo anterior puede ser discutible; empero, lo grave de las palabras del señor Sánchez, seguramente un destacado técnico de la televisión hispana, es el haber hecho suyo, conscientemente, lo asegurado por la antropóloga australiana Inga Clendinnen, autora de un libro sobre los aztecas: "Lamentar la desaparición del Imperio azteca es como mostrar pesar por la derrota de los nazis en la II Guerra Mundial".
        Los aztecas, como parte de las tribus nahuatlacas o centro de un imperio, nunca fueron nazis; y aplicarles tan retroactivo concepto es error lógico, político e histórico, pero sobre todo ético.
        Eso por una parte, y por la otra, en la Segunda Guerra Mundial perdieron los nazis, pero los nazis alemanes, los nazis gringos, por ejemplo, siguen gozando de buena salud, y hoy en el 2017 el mundo vuelve a sufrirlos.
        Obsérvese cómo tratan a quienes les han aportado, entre otras cosas para su grandeza, territorio, recursos naturales y mano de obra calificada. Ponerles un muro de contención para humillarlos, con intención de encierro para explotarlos mejor, y a su contentillo y ventaja, modificar el texto del Tratado de Libre Comercio que ellos mismos impusieron en su inicio.
        A eso le llaman, ahora, modernizar el TLC, cubriendo con palabras una dolorosa realidad que tiene cómplices en el gobierno de México.
        Con España el biombo era: evangelización; con EU de Trump es: modernización.