lunes, 3 de septiembre de 2012

Septiembre es Patrio PLURALIDAD QUE NOS FORTALEZCA


              Llegó el mes de septiembre, y con él un sinnúmero de simbolismos patrios que, al día de hoy, son interpretados de manera diferente por algunos grupos que constituyen nuestra pluralidad nacional.
                El Presidente Electo de México, Enrique Peña Nieto, se ha estado expresando con razonados conceptos de cobertura genérica: "Hagamos de nuestra pluralidad una fortaleza. Que nuestras legítimas diferencias sirvan para enriquecer a las políticas que exige en este momento el país... respondiendo a intereses nacionales y no de partidos".
                Mientras, Andrés Manuel López Obrador y sus actuales seguidores ponderan como fundamental interés, de sus partidos coaligados, el que no se acepte un fraude y una imposición que en su criterio se cometió, a favor de Peña Nieto y del PRI, por "los malignos poderosos" que se han apropiado de México, según su protesta.
                Estas posiciones, de parte de nuestra pluralidad, provienen del proceso electivo 2012 que tuvo como propósito la sucesión presidencial. Dentro de ese procedimiento, bien o mal, todos los participantes aceptaron las reglas, los recursos que se les entregaron, y cada una de las etapas desarrolladas.
                Todo iba bien, incluso momentos antes del día de la emisión del voto, por parte de la ciudadanía, los 4 contendientes a la Presidencia de la República firmaron ante la autoridad electoral su aceptación al procedimiento, su aval a todo lo realizado, y se comprometieron a reconocer los resultados del escrutinio.
                Sin embargo, una vez que se conoció la suma total de los votos para cada candidato, López Obrador mostró una vez más su mendaz conducta al desconocer los efectos del conteo, al no favorecerlo, ya que si hubiese sido el triunfador su actitud hubiera sido otra.
                La verdad es que está, Andrés Manuel, tan lleno de odios como de contradicciones. Su instrucción ha sido que se repitan por donde quiera dos palabras, pero de manera constante: "fraude", e "imposición", y que se siga ofendiendo y agrediendo a Enrique Peña Nieto sin ninguna tregua, y sin ningún sentido práctico. Repetirlas, al estilo nacifascista, las hace más creíbles.
                Su veneno es excesivo, aunque él le denomina amor a México; y lo ha contagiado a cuantos se han dejado.
                Quién no recuerda cuando dijo que: "... si pierdo esta elección me retiro de la política, y me voy a la Chingada", una hacienda de su propiedad con ese significativo nombre; empero, ahora en un mensaje que publicó en su cuenta Twitter se ha desdicho: "Me retiraré de la política cuando la patria sea de todos". Y pretende reunir, con apoyo de gobiernos perredistas, a una multitudinaria manifestación en el Zócalo del Distrito Federal este domingo 9 de septiembre, para dar las líneas a seguir, violentas, pero con disfraz prosódico de pacíficas.
                El Presidente electo Enrique Peña, sensato y prudente responde: "La sociedad ha dispuesto que los políticos tengamos apertura para dialogar, y voluntad para alcanzar acuerdos, elevando con ello la calidad de vida de los mexicanos".