miércoles, 29 de agosto de 2018


LOGOS
AMLO y EPN; cordial vínculo 
PERPLEJO, MAQUIAVELO RÍE
       Andrés Manuel López Obrador se jactó de sus valores éticos: "digo la verdad, no robo, y no traiciono" y, además, ofreció promover una "constitución moral".
       Ignoro si ha leído a Santo Tomás de Aquino (1225-1274), pero sus actitudes éticas parecen escolásticas, con misturas de egoísmo eudemonista: "El triunfo parece un sueño, pero es un bella realidad".
       Enrique Peña Nieto se ha desempeñado como presidente con valores morales de tipo utilitario, en donde lo práctico en el fondo de sus actos es primordial.
       Sin ironías, no sé si ha leído obras de John Stuart MilI  (1806-1873), pero sus acciones tienen carga de sentido provechoso, con mezcla de egoísmo hedonista.
       Peña Nieto no termina de salir, y en más de cinco años de ejercer el poder ha dejado una impronta poco grata; pero el destino al final suele jugarnos bromas, y los registros históricos al respecto, de aquí a 100 años, son impredecibles. Todo es posible en este mundo, y en México más.
       López Obrador no termina de entrar al poder, aunque ya lo ejerce; y ya logró pasar a la historia por su perseverante eficacia para llegar a la presidencia. Pero por más que su insistencia porfíe en ser como Juárez, Madero, o Cárdenas, seguirá siendo simplemente Andrés Manuel López Obrador.
       Ambos (EPN y AMLO) tienen ese egoísmo ético que suscitó el holandés Baruch Spinoza (1632-1677), y que tanto ha promovido el español Fernando Savater (1947-y sigue demasiado vivo), aunque cada uno a su manera; así, los dos decidieron presentarse juntos públicamente, teniendo por foro uno de los patios de Palacio Nacional, por acompañantes a los miembros de los gabinetes, respectivos, y ante medios de comunicación masiva que les formularon preguntas.
       Amables entre sí, en vínculo respetuoso, sin roce de confronta sostuvieron sus posiciones. El rey que muere, hablando de rapidito, pero con el nerviosismo desventajoso de ir de salida. El rey que nace, con sus constantes pausas expresivas, generadoras de ansias nerviosas, pero con la seguridad que impone la linda realidad del poder, que todavía se le asemeja al ensueño.
       Visiones distintas en los cuestionamientos: nuevo aeropuerto, reforma educativa, Elba Esther, energéticos, seguridad, corrupción, avión presidencial, tratado trilateral de libre comercio.
       Caminaron juntos, se hicieron reconocimientos mutuos, se dieron la mano, intercambiaron sonrisas. Mostraron la civilidad de la actual política mexicana, la que no se ejerce con asesinatos ni con destierros ni con la cárcel ni a balazos ni a cuchilladas ni con sórdidas venganzas. ¡Excelente!
       También en ese evento estuvo un florentino honrado que siempre quiso pasar desapercibido, buen padre de familia, amigo de sus amigos y funcionario ejemplar: Maquiavelo (1469-1527), quien reía dubitativo al recordar lo por él escrito: "Cuán digno de alabanza es el príncipe que cumple su palabra dada, que obra con rectitud y sin doblez".

martes, 21 de agosto de 2018


LOGOS
Razón suficiente
YA LO DIJO AMLO
       "Ya lo dijo López Obrador" es una frase que con frecuencia están utilizando algunos colaboradores del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, ante variados interlocutores, a quienes se desea convencer de la bondad de sus planes.
       Lo peligroso de esa expresión es que se usa como decisiva razón, tan primigenia como la causa eficiente explicada por Aristóteles (384-322 a. de n. e.) en su Metafísica.
       El mismo AMLO, aceptando sus limitaciones personales y las de su equipo, tiende a poner a consulta popular nuestros problemas principales, con el sano ánimo de, entre todos, encontrar la mejor solución y la táctica adecuada para aplicarla.
       Pero si cierta mediocridad que rodea al líder da como pésimo resultado: "ya lo dijo AMLO", como dogma irrefutable; el llevar a supuesta consulta "democrática", nuestras graves dificultades para su resolución a mano alzada, ante una muchedumbre sin información suficiente y sin valores éticos, es la estulticia demagógica de un pícaro audaz.
       Esas dos no son opciones morales ni válidas.
       Ejemplificaré. El fenómeno educativo, el que en su concreción escolar abre hoy su ciclo 2018-2019, lleno de confusiones y equívocos por la reforma del presidente Enrique Peña Nieto, se agrava por una oposición (a esa reforma) claramente expresa del presidente electo AMLO.
       Las autoridades federales y estatales de la educación expresan sin más: "la reforma se sostiene, está vigente, y seguirá su marcha".
       Mientras los heraldos de avanzada, sin más personalidad jurídica que la que les impone un triunfo electoral de la magnitud obtenida, disponen la desobediencia a esa reforma, y alientan a la participación en los foros anunciados de consulta popular, "democráticos", con el filo lógico de que "ya lo dijo AMLO".
       Y aquellos patrones ricos que desde hace rato tienen sus familias en barrios pudientes de los EU, y que alardearon de que AMLO era un peligro para México, y que bajo el lema de mexicanos primero juraban defender la educación con todo, ahora, sin recato ni vergüenza, se han puesto a las órdenes incondicionales de AMLO.
       En fin, y como siempre, en este ciclo escolar que se inicia, los maestros y los alumnos al entrar al aula, y cerrar la puerta del salón salvarán, con todo y sus limitaciones, el año escolar que principia, con el auxilio de las autoridades, sin ese apoyo, o aún en contra de todas esas pésimas autoridades.
       Mi padre, maestro universitario que cuidaba las lecturas de sus ocho hijos, me puso a leer en mi secundaria un libro que me impactó: Ariel, del literato uruguayo José Enrique Rodó (1871-1917) en donde el maestro Próspero da un mensaje maravilloso a sus alumnos, en donde en cada párrafo sus palabras se convierten en luz.
       Transcribo como pequeño aporte.
       "El presuroso crecimiento de nuestras democracias… nos expone en el porvenir a los peligros de la degeneración democrática, que ahoga bajo la fuerza ciega del número toda noción de calidad".

martes, 14 de agosto de 2018


LOGOS
La serpiente y el águila
CADA PRESIDENTE LOS INCUBA
       Con sus pensamientos expresados y sus acciones, cada presidente de México incuba el embrión (respectivo y a su estilo) de nuestros sempiternos símbolos: el águila y la serpiente.
       El presidente electo Andrés Manuel López Obrador, desde su ejercicio del poder, anticipado, empezó a empollar los suyos.
       Y no hay cosa que no tenga precio, y daños colaterales. ¡Todo a su tiempo!
       En Teotihuacán, en donde el hombre del poder se convierte en dios, el antropólogo Sergio Gómez y su equipo han encontrado una sala subterránea a la que hace cientos de años ingresaba quien iba a ser el omnipotente de ese tiempo, para recibir la fuerza del inframundo, nivel que sustentaba, en esa cultura, a los otros dos: a la tierra y al cielo.
       Los hombres vivían a ras de tierra, pero el huevo de la serpiente portaba directamente la energía de ese subsuelo, y el huevo del águila era el claro símbolo del cielo.
       El todopoderoso (en aquellas nuestras raíces) encarnaba a esos tres planos formadores de un todo.
       Quede preciso que a esas profundas esencias del poder, cada etapa postrera le ha hecho aportaciones, y no siempre pertinentes.
       Hoy, y en México, el poder del presidente se desplanta de un inframundo que le entrega el manejo de cerca de 5 billones de pesos, al tiempo que lo hace jefe nato de todas las fuerzas armadas; a esto le puede sumar su capacidad, y la autoridad moral que haya construido a la vista y aprecio de la población mayoritaria.
       Con ese riquísimo bagaje, inició AMLO su adelantado ejercicio; y como a sus antecesores, cada acierto es un punto a su favor, pero cada error son seis puntos menos.
       Y el poder desgasta, pero el no poder desgasta más.
       ¿Podrá AMLO y su equipo lograr (a base de buenas intenciones) que las víctimas y los ofendidos perdonen, sin olvidar, sin haber por parte de los victimarios una aportación suficiente que justifique el no castigarlos legalmente?
       ¿Podrá AMLO cumplir con respetar la separación de poderes, y las atribuciones legales de todos, y al mismo tiempo establecer que nadie ganará en el poder público más de 108 mil pesos, que será el ingreso mensual del presidente?, cuando quien constitucionalmente determina los sueldos a todos los funcionarios federales es la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, a través del Presupuesto de Egresos de cada año.
       El propio ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación afirma, para bien o para mal, que sus “remuneraciones dignas… no son en beneficio personal… ni mucho menos privilegios inconfesables… pues tener buenos jueces, independientes y confiables, hace a la democracia real y efectiva…”   
       Y los ministros de la SCJN no olvidan ni perdonan; no olvidan que la Ley no permite que sus sueldos bajen de monto, y no perdonan a quien quiera reducirles la paga.
       Ni los mexicanos olvidaremos ni perdonaremos el que se disfrace de delegados, del presidente, a cada líder local de MORENA.

lunes, 6 de agosto de 2018


LOGOS
EU gobierna un inmenso mundo
Y DE ESE MUNDO DEPENDE
       No hay duda, Estados Unidos de América es un país de un inmenso poderío; y así de enorme es su responsabilidad.
       Pero ese simple concepto no lo entiende el presidente Donald Trump ni muchos poderosos que lo rodean, ni menos una numerosísima masa poblacional estadunidense cargada de dogmas, prejuicios e iracundos odios, a la que hacen creer en el retorno (imposible por cierto) a una irreal grandeza americana, a la que el alejamiento le da cierto atractivo.
       En la búsqueda de ese ensueño pierden la visión sobre las posibilidades reales de la grandeza presente, y en ese empeño eligieron a un patán como presidente, quien pelea con todos, y es majadero hasta con su propia sombra.
       Con esas peligrosas características personales ejerce el poder en esa nación, y en el mundo, sin entender la estructura de esa impresionante fuerza.
       Es cierto que algo ha elevado los ingresos económicos de millones de sus compatriotas, pero pagando un precio desmedido que debilita al todo.
       Es como si el entero fuese un árbol, y Trump ha hecho que las hojas sean un poco más verdes, a costa de la resequedad y penuria de todas sus raíces.
       La brusquedad de Trump y su grosero comportamiento con la Reina Isabel, con la Comunidad Europa, con América Latina, con China, con Rusia, con Canadá, con México, con Japón, con todo el entorno de EU, del cual se alimenta, y al cual aporta,  no ayuda en nada a nadie con esas sádicas deficiencias presidenciales, al no saber vivir con el fenómeno dialéctico de la acción reciproca que la naturaleza nos impone a todos.
       Su acción y pensamiento están hechos para la tarea económica agresiva en el gran mercado entre particulares, pero sus deficiencias políticas pueden competir con las de Billy the Kid, cruel asesino que odiaba a los mexicanos.
       Su actual choque económico de tipo arancelario con China nos conduce a una guerra de dimensiones inimaginables.
       Quien empezó a jalar el hilo fue el impolítico Donald, y en este combate de jalones el líder chino Xi Jinping sigue dando respuestas contundentes, tomando nuevas y eficaces medidas, recientemente por un valor de 50,000 millones de dólares.
       Y México, sin ser sujeto activo en esos combates económico de elevado nivel, resulta víctima por depender tanto de la economía de EU.
       Agrava a nuestra situación, dependiente, las características personales de quien ya ejerce el poder presidencial en México: Andrés Manuel López Obrador; él, sin estar legalmente vigente su mandato, desde una perspectiva significada, es lo opuesto de Trump, ya que su acción y pensamiento están más hechos para la tarea política agresiva en el gran escenario de la grilla a nivel de piso nacional, pero sus deficiencias en materia económica nos pueden conducir a un peligroso quebranto interno, agravado por los golpeteos de la economía mundial, donde no hay sentimientos ni escrúpulos.
       Planteo la situación; los remedios existen.