LOGOS
Adelantársele al
jefe
SU SOBERBIA ES
IRREPARABLE
Actualmente la política en México es,
entre muchas otras cosas, el lamentable resultado de una insensata o perversa
improvisación de políticos deficientes.
No siempre ha sido así, en otros tiempos
fue peor; pero también hemos tenido épocas de trabajo práctico certero, prudencia
inteligente, armonía de intereses mayoritarios, y de márgenes de honestidad
aceptables.
Para ilustrar lo malo de la acción
política actual, vaya un botón de muestra.
El político Luis Videgaray Caso, a la
sazón secretario de Relaciones Exteriores y cercanísimo al Presidente Enrique
Peña Nieto, utiliza un foro de la secretaría a su cargo para llenar de elogios
a un miembro de la cuarteta que, el titular del Ejecutivo Federal y el PRI,
integraron con precandidatos a la Presidencia de México.
Si Luis lo hizo de mutuo propio, sin
entender los tiempos que se viven, mostró una ingenuidad que lo descalifica
para los cargos políticos que ha tenido, dañando a su superior.
Y si comprendió la realidad política del
momento, y lo expresado a favor de José Antonio Meade Kuribreña fue
determinación personal, sólo exhibió una soberbia que lo muestra incapaz, pero
menoscabando al Presidente Enrique Peña Nieto.
Empero, suponiendo que hubiera actuado
por instrucciones superiores, directas o indirectas, claras o imprecisas, aún
así, Videgaray generó en el cumplimiento de tan delicado encargo una confusión
insospechada y azarosa, a grado tal que el propio Presidente Peña Nieto tuvo
que aclarar con rostro presionado y cortante frase de enmarque inexacto: “Yo
creo que andan bien despistados todos, ¿eh? El PRI no ha de elegir a sus
candidatos a partir de elogios o aplausos… Entonces, no se despisten”.
Videgaray no es “todos”, “¿eh?”, ni el
presidente es el PRI ni el PRI el presidente; y mal haría uno y otro confesando
que se leen el pensamiento y que tienen simbiosis en sus decisiones.
Así que los despistados tienen nombre y
apellidos, porque “todos” es un pronombre indefinido mal aplicado al caso, aun
siendo por decreto presidencial.
Después de ahogada, en el pozo, la
prudencia, Videgaray al estilo Trump twitió para explicar lo inexplicable,
reculando de manera forzada.
Echarse para atrás tiene sus
consecuencias, las que afectan, a su vez al segundo pupilo de Luis: a Aurelio
Nuño Mayer que despacha en la Secretaría de Educación Pública, enredado en la
improvisación educativa con una reforma a la que se le caen las nuevas aulas,
deja que las universidades vayan a la quiebra, y toda su retórica en nada
cambia el fenómeno enseñanza aprendizaje de nuestro país.
Otro de los precandidatos del PRI a la
presidencia, José Narro Robles, convirtió a la cuarteta en trío, al auto
descartarse por razones muy personales que merodean en la salud política.
Ojalá y la decisión vertical que se
espera de arriba hacia abajo, en el PRI, no lleve la mancha de una insensata o
perversa improvisación de políticos deficientes.