miércoles, 14 de septiembre de 2011

Luisa María, Cuauhtémoc, y Silvano DESHOJANDO MARGARITAS

              Los episodios electorales en la actual campaña para gobernador de Michoacán tienen de todo; hasta nos ofrecen triángulos graciosos.
            La actitud sentimental, como estilo de campaña, de Luisa María Calderón Hinojosa provoca el buen humor. Ella se propone ser, más que gobernador, “la madre de Michoacán”; y, en ánimo de lograrlo busca, previo al voto ciudadano, la aceptación, el agrado, y la simpatía de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
            Aunque, en precisión de la verdad, a lo que se ha osado la Cocoa es a manifestar que: “… me atrevo a decir que a Cuauhtémoc Cárdenas le gustaría que yo fuera Gobernadora…”, agregando a esto algunas de sus razones de corazón que le hacen presuponer tal cosa; y, ante esa audacia, de inmediato le contestó un celoso.
            En grado de enojo Silvano Aureoles Conejo, sin empacho alguno pero con sentimiento herido, le espetó a la Cocoa: “… es una irresponsabilidad de la señora Calderón, porque el origen del PAN y hay hechos históricos que la memoria no olvida del cual la señora Calderón es una destacada miembro, nació para oponerse a la política social, no olvidemos que el PAN se fundó un mes después de que Lázaro Cárdenas decretara la expropiación petrolera, entonces  hablar ahora de que el señor Cárdenas desearía que ella fuera la gobernadora digo que es hasta una falta de respeto”.
            Y ante ese desplante nervioso e incoherente de Silvano, al mezclar sin sentido lógico muchas cosas como de la parrafada transcrita se desprende, Luisa María ha vuelto a insistir sobre su percepción de que la quiere, como gobernador de Michoacán, el heredero del feudo. Esta reiteración la formuló desde Los Reyes.
            Da ternura Luisa María. Es simpático verla, con cada una de sus expresiones al respecto, como una dama que deshoja una margarita, musitando ante cada desprendido pétalo: me acepta, no me admite, me quiere, no me acepta, sí me quiere, no me quiere… Y así sucesivamente.
            Y el receloso Silvano insiste: “Cárdenas Solórzano está inconforme y en su momento protestará… él ha sido muy claro vamos a defender en Michoacán el proyecto, ojalá recordaran la frase de que aunque no les guste a otros Silvano va a ser gobernador de Michoacán”.
            Ante toda la charada anterior, el objeto de la disputa ha guardado silencio. Hasta el momento Cuauhtémoc nada ha dicho en relación a esta pelea generada por quienes pretenden obtener su aprobación.
            Empero, quién les ha dicho a Luisa María y a Silvano que para ser gobernador de Michoacán se requiere, como un requisito indispensable, la aceptación y/o el cariño de Cuauhtémoc Cárdenas.
            Los candidatos del PAN y del PRD a la gubernatura deben saber que  Cárdenas Solórzano no es dueño de Michoacán ni menos de los michoacanos. Sus propiedades inmuebles, supongo, son ranchos o haciendas, todas muy respetables, tanto como él.
            Así que es necesario que superen ese mal de amores.