lunes, 25 de agosto de 2025

LOGOS

Tío Lolo y tía Lola                                                      

PODER DE LAS MENTIRAS                                        

Tajantemente, y auto alabándose de patriota, la presidente formal de México aseguró: “Con la DEA, en particular, hubo un distanciamiento en el periodo del presidente López Obrador, y se le pusieron límites que aún continúan; así que no tenemos ninguna relación con la DEA. ¡Esa es la realidad! Somos soberanos… y un soldado en cada hijo te dio”.

Respondió de esa forma nuestra presidente a una nota informativa de Terry Cole, director de la DEA, quien en tono diplomático expresara: “Merece elogio la disposición sin precedentes del gobierno mexicano, al cooperar con EU en la lucha contra el narcotráfico, dentro del proyecto Portero, para desmantelar a los agentes fronterizos que utilizan los cárteles.”

Si se analiza la nota de la DEA, y la respuesta de la presidente mexicana; ésta se lanza en confrontación innecesaria y obtusa, parecida a la conducta del tío Lolo, que se hace tontejo solo; puesto que al final, ese proyecto Portero forma parte de los acuerdos a que han llegado los dos gobiernos: el mexicano y el estadunidense, en su supuesta lucha contra el tráfico de estupefacientes.

Así que, en el caso, la tía Lola, se hace tonteja sola; pero hay un sinnúmero de casos (que puedo citar) con esta misma característica.

Presumió nuestra presidente, con una risita triunfante y sin sustento: “Ni los aranceles pudieron con la economía mexicana”.

De su presunción brotó una vanidad jactanciosa.

Soy tan buena (o somos tan buenos) manejando la economía de México, que derrotamos a Trump, con todo y sus aranceles.

Cuando la realidad es otra. Explicaré objetivamente.

México depende económicamente de EU. El 82% de nuestras exportaciones van a EU. El 81% de nuestras importaciones llegan de EU. El 80% de nuestra inversión extranjera directa es capital de EU. Estos fenómenos económicos se generan por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). 

La visión del presidente Trump (equívoca o veraz) es que EU está perdiendo, y México está ganando; por ende, debe ajustarse ese mecanismo, para que los ingresos de EU suban, y los de México bajen, y para ello ha utilizado, básicamente, los aranceles.

En el primer semestre del 2025 esos reacomodos de impuestos sobre bienes y servicios, en el comercio internacional entre México y EU, los impuso el gobierno de Trump.

El presidente estadunidense dispuso el monto de $34,265 millones de dólares, respecto a la Inversión Extranjera Directa (IED) para México; siendo de EU el 42.9% de ese flujo total, y ordenando que otros cinco países inviertan directamente en México el 57.1% restante.

Por ese reajuste, elaborado desde el gobierno de Trump, tuvimos en México en el primer semestre del 2025 el 79% de Inversión Extranjera Directa, cuando en el 2024 tuvimos el 80% de IED; y este resultado, a la baja del 79%, es provisional y tentativo debido a Trump, y no a la presidente mexicana.

Ella lo único que hace es mentir, deformando la realidad, al estilo de la tía Lola.

Tía Lola, y tío Lolo oculto detrás de ella, para apuntalar su dictadura, inaugurarán en breve su propio poder judicial federal, mintiendo sin escrúpulo alguno, al afirmar que los nuevos ministros, magistrados y jueces, han sido elegidos por todo el pueblo de México.

Y… ¡eso es falso!

Los ciudadanos que salieron a sufragar no llegaron ni al millón, de más de 100 millones de ciudadanos que registra el padrón oficial.

Y, para colmo, la mayoría de esos votantes fueron a protestar en contra del gobierno, o fueron a llevar unos acordeones impresos por el gobierno previamente, a todo color, e ilícitamente por órdenes superiores salidas de Palacio Nacional, una vez que tuvieron el visto bueno del dueño de un rancho de Palenque, de cuyo nombre no quiero acordarme.

Frente a esa vergonzosa realidad, la dupla Sheinbaum-López asegura, con todo cinismo, que el pueblo votó por el nuevo remedo de poder judicial.

¡Ah!, qué tío Lolo, que se hace tontejo solo.

¡Ah!, qué tía Lola, que se hace tonteja sola.

Esos dos corruptos viven, entre el estiércol y el poder de sus mentiras.

 


viernes, 22 de agosto de 2025

LOGOS

Al servicio de Trump                 

DICTADURA DE DOS PISOS                                        

El claridoso presidente Donald Trump es poco confiable por su retorcida conducta en el ejercicio de su gran poder; y, hace unos días espetó: “México (y la presidente Sheinbaum) hace lo que le decimos que haga”.

Más rápida, que veraz, la presidente de México, con nerviosismo en sus ojos enrojecidos y vidriosos, comentó lo asegurado por Trump: “Bueno, lo he dicho varias veces, el presidente Trump tiene una forma de hablar, pero como lo dije ayer, el único que manda en México es el pueblo”.

Y… ¿quién es el pueblo?

“Pueblo”, es una palabra de concepto impreciso, abstracto, con más colorante político que jurídico, vago, neutro, indeterminado, que les encanta a los autoritarios y a los dictadores, ya que la utilizan para encubrir sus personalísimas y solipsistas determinaciones.

Así, es común escuchar en público a la presidente mexicana pregonar, auxiliada de su potente micrófono, y en los foros pagados por nosotros: “El pueblo dice…”, “el pueblo manda…” “el pueblo dispone…”; cuando la que dice, manda y dispone es ella, hablando frente a ese público sumiso, obediente, manipulable y a modo.

Y la realidad que vemos, es que la presidente se ajusta, se dobla (hasta anticipadamente), a los deseos y mandatos de Trump.

Duele y avergüenza que, el gobierno mexicano, haga lo que le ordena EU, exhibiendo a nuestro país como un sirviente indigno, y no como un Estado Soberano.

El concepto jurídico político del Estado contiene cinco elementos; dos elementos básicos y originales: La población y el territorio. Y contiene tres elementos derivados de la población: el gobierno, la soberanía y el sistema jurídico.

Ese “Estado Soberano” diseñado por Jean Bodin, Thomas Hobbes, Norberto Bobbio, Carl Schmitt, Hans Kelsen, Georg Jellinek, Hermann Heller, está a punto de desaparecer.

Los estados soberanos se están convirtiendo en cárteles, como formas de organización más eficaces, tornadizas y superiores.

Tiende esa metamorfosis, a que ya no sea el estado mexicano, sino los cárteles mexicanos; pues, en nuestro caso, el obradorato ha dividido a todos, y el cártel Sheinbaum-López está reducido al 20%; mandando en el 80% restante los otros cárteles, señalados como terroristas por el poderoso cártel de Trump.

El cártel que antes era el gobierno federal, ha fracasado en todo lo básico, en todo lo importante; y sólo exhibe su ligero disfraz electorero, dando limosnas del bienestar, a costa del erario, y a cambio de votos.

Ese cártel Sheinbaum-López ya no garantiza la seguridad pública, en la vida de los individuos de la población, en los bienes de nuestro patrimonio, en la salud familiar, en la educación, pública o privada.

No garantiza la procuración ni la administración de la justicia; por ejemplo, le ha dado por mandar a los EU a delincuentes sentenciados.

Eso significa que el derecho penitenciario mexicano es todo un fracaso. El principio fundamental penitenciario es que no están privados de su libertad por castigo, sino para readaptarlos y educarlos, con el noble propósito de reinsertarlos de nueva cuenta en la sociedad, ya como personas de bien.

Al no ser recuperables, por la ineptitud gubernativa, podríamos vaciar todas nuestras cárceles, y enviar a todos los delincuentes a EU, para que allá cumplan con el papel que allende nuestras fronteras les impongan.

A cambio, el gobierno estadunidense nos envía drones, soldados, helicópteros, barcos, submarinos, satélites, para vigilar, e imponernos su seguridad, a su conveniencia y por su ambición.

Aunque con descaro cínico, la presidente mexicana afirma que eso no es cierto.

Igual miente esa presidente, respecto a que bajó el índice de la pobreza del país en un 13%, cuando no corresponde a la realidad; primero, porque sólo cuenta aislado el ingreso individual y las derramas de las limosnas del bienestar, que sólo son para consumo; segundo, la acumulación inflacionaria la deja de lado, no la ve, como si no nos afectara severamente al pagar bienes y servicios más caros; tercero, no cuenta, para ella, que nos ha quitado medicinas, laboratorios, médicos y servicios de salud, y nos ha reducido en cantidad y calidad la educación pública; y, cuarto, no dice, la presidente, que para dar las pensiones y becas que tanto presume, nos está dejando endeudados a los mexicanos con dos billones de pesos más en este año 2025, deuda que tarde o temprano tenemos que pagar, tanto con sus altísimos intereses, como el capital íntegro.

La pobreza en México no está en su nivel más bajo. Está aumentando la pobreza en nuestro país.

Además de que ese cártel gubernativo federal ignora lo que es la soberanía, se ha convertido en lacayo de Trump; y está destruyendo inmisericordemente la economía de México, como una dictadura de dos pisos, a punto del derrumbe.

 


lunes, 11 de agosto de 2025

LOGOS

Débil hilo político                 

SE AUTODESTRUYE EL OBRADORATO                                        

La presidente formal de nuestro país aseguró: “Los pagos de la deuda de Petróleos Mexicanos a corto plazo (2025 y 2026) serán aportaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; pero los de largo plazo, a partir del 2027, PEMEX solito, solito, sin ninguna ayuda, va a salir de sus deudas”.

La situación real de esa importante empresa descentralizada es, a lo corto, endeble y exorbitante. Aquí su deuda es entre 26 a 28 mil millones de dólares.

Y sus condiciones verídicas, a largo plazo, son de imperiosa quiebra. Aquí su deuda es entre 150 a 200 mil millones de dólares.

PEMEX patentiza, actualmente, el deshonroso primer lugar, por ser la única petrolera más endeudada del mundo, y a punto de la bancarrota.

Aplicando la política simplona y picaresca del obradorato, ¿a quién le cargamos la culpa?

Prospectos de responsabilidad serían desde Lázaro Cárdenas del Río hasta Andrés Manuel López Obrador, con su cómplice Claudia Sheinbaum.

Sin embargo, sería más serio y eficaz, para quien ejerce el poder, resolver los problemas, y no andar embarrando a los supuestos enemigos (sin pruebas objetivas), responsabilidades que sólo tienen los funcionarios en turno.

Acontece, además, que nuestra presidente formal, con parda simplicidad, asevera que esa descomunal deuda de PEMEX, a la larga, se resolverá solita, solita.

El débil hilo de la simplicidad gubernativa se observa, como una constante, en este ejercicio presidencial Sheinbaum-López, tanto en las cloacas del bienestar, como en el tejido de la peligrosa reforma electoral, al igual que en la política externa.

Están llevando a México a una encubierta dictadura interna; y, en lo internacional, están conduciendo al país a un furtivo vasallaje, sumiso en torno a Trump y a EU.

Solitos también, al decir de la presidente, se resolverán nuestros conflictos internacionales: “Estados Unidos no va a venir a México con los militares. No va a haber invasión, eso está descartado absolutamente. Colaboraremos con ellos de otras maneras. Vamos a ver cómo está la orden ejecutiva del presidente Trump, pero no hay ningún riesgo. No intervendrán en nuestro territorio”.

Todo eso que comentó nuestra presidente formal, es en vínculo con la nota informativa publicada hace días por el periódico The New York Times; dicho diario divulgó: “El presidente Donald Trump ha entregado al Pentágono una orden ejecutiva para que las fuerzas armadas de los EU realicen operaciones directas en territorio extranjero en contra de los cárteles específicamente declarados terroristas por el presidente estadunidense”.

Trump marcó como terroristas a 6 cárteles mexicanos; además, también juzgó que el gobierno mexicano no ha cumplido su tarea, exhibiendo su ineptitud; al mismo tiempo señaló que nuestro gobierno estaba y está coludido con esas organizaciones terroristas, por razones político electorales y por corrupción económica, al más alto nivel.

A todo eso, la pareja presidencial mexicana, a través de su ejecutiva formal, primero confesó no saber qué contenía esa orden del presidente Trump, y, después, afirmó que ya le habían informado, por lo que reiteraba que no van a venir los militares estadunidenses, pero sin revelar que ya fuerzas estadunidenses armadas están en territorio mexicano desde hace meses, y a esto le llama “maneras de colaboración”; es decir, tolerancias sin riesgo, pues de hecho esas fuerzas extranjeras andan como en su casa. Mientras, la presidente formal (de pura palabra, dura, pero hueca), jura y perjura que lo primero es proteger nuestra soberanía.

Por eso, repite la presidente, que no hay nada de qué preocuparse, ya que solitos, solitos, se resuelven esos problemas de tipo internacional.

Esa simplicidad de la dictadura interna, que “va pa largo”, según la frase coloquial usada por la presidente formal; y, esa simplicidad en el entreguismo político económico de la soberanía mexicana, a EU y a Trump, solitas, solitas, se resolverán algún día.

Pero algo nos anuncia que solitos, solitos, los del cártel del obradorato van rumbo a su auto destrucción.

 


jueves, 7 de agosto de 2025

LOGOS

Pelear contra el pasado

SIN DISEÑAR EL FUTURO

Repudiar al pasado, por pésimo que nos parezca, es despreciarnos a nosotros mismos.

Nuestro pasado (no sólo el individual, sino el pasado entero de una tradición comunitaria) constituye la herencia biológica, cultural e histórica, que recibimos; y, de cierto, iniciamos nuestra existencia con ese legado irrenunciable.

Con el paso del tiempo, y en ejercicio de nuestra libertad condicionada a la circunstancia en que vivimos, podemos cambiar, con actos de nuestro pegadizo presente, rumbo a un llamado futuro que no deja de ser un presente en movimiento.

Dentro de la atmósfera de esos conceptos, trataré problemas que nos conciernen a todos los seres humanos, en estos tiempos de una mundialización avergonzada.

En la Franja de Gaza no ha parado el genocidio, y sigue el genocida Benjamín Netanyahu aterrorizando al mundo en sus cerca de veinte años (discontinuos) de mandato en Israel, pueblo digno de admiración por muchas razones.

En el fondo de este conflicto se encuentran los palestinos, la etnia más antigua en ese territorio; más antigua que la de los hebreos.

147 naciones, de 193 que existen en el mundo, reconocen como Estado a Palestina.

Y 5 naciones más (Francia, Gran Bretaña, Canadá, Andorra y Malta), en el mes de septiembre próximo, establecerán relaciones diplomáticas con Palestina.

Si el pueblo de Israel votara en este momento, respecto a dos asuntos que le son vitales, con amplio y claro margen decidiría: Uno, reconocer al Estado Palestino; y, dos, desconocer a Benjamín Netanyahu como primer ministro de Israel y sujetarlo a proceso por genocida y terrorista.

Pero quien se ha venido oponiendo al reconocimiento del Estado Palestino en este lapso, con mayor ímpetu, es el gobierno de los Estados Unidos, a través de Donald Trump.

Sin embargo, la población estadunidense, reiterando su apoyo a Israel, dispondría establecer vínculos diplomáticos con Palestina; obligando a su gobierno a no vetar el ingreso de los palestinos a la ONU, error histórico que ha cometido en varias ocasiones el gobierno de EU.

Si la población de Israel, y la población de los EU, tratan de superar un pasado, y diseñar un mejor futuro, en relación con ese Estado Palestino, ¿por qué sus gobiernos respectivos se oponen a ello?; será que no asimilan bien su propio pasado, será que no valoran bien su propio presente, o será su temor para diseñar su propio futuro.

O… ¿podría ser la incapacidad o la malevolencia de algunos gobernantes de países del mundo?

Entonces, habría que luchar en contra de esos gobernantes, para separarlos del poder público y, en su caso, sujetarlos a severo juicio de carácter penal, sin ningún margen de impunidad.

En México, contando con un valiosísimo pasado, padecemos a un gobierno que ejerce el poder en base a descalificar mucho de lo meritorio de nuestro pretérito.

La presidente formal no puede pelear en contra del sexenio próximo anterior, pues a él se debe, a pesar de toda su corrupción, a pesar de su torrente de mentiras, y a pesar de sus traiciones al pueblo.

El autócrata López sustituyó al pueblo; actuó y actúa conforme a su dicho: El pueblo soy yo; empero, generó y genera más pobreza y más pobres, al comprar su voto, con dinero del erario federal, pidiendo prestamos billonarios, que tenemos que pagarlos más temprano que tarde; y en lugar de dar empleo productivo, da limosnas del bienestar en formas de pensiones exclusivas para el consumo, a efecto de que sigan siendo pobres. Todo esto, rumbo al quiebre de nuestras finanzas.

Así, la presidente formal prometió que su gobierno no haría más que un segundo piso sobre lo realizado por su antecesor y amo, consciente de que para ella es un honor ser la simple corcholata de López Obrador.

Y esa presidente formal no entiende el valor de todo lo pasado ni ha sabido diseñar el futuro que nos corresponde a todos los mexicanos.

Al repudiar a ese pasado, escogido según el gusto de su amo López, sigue despreciando a muchas partes valiosas de nuestro proceso histórico; y, así, ella misma se deprecia.

No ha entendido que nuestro legado histórico es irrenunciable, y por eso no valora el necesario rediseño que exige nuestro futuro.

Parece no tener remedio su avergonzado ejercicio presidencial de tipo solamente formal.

Debe saber esa presidente formal que la mayoría de los mexicanos hemos sido, somos y seguiremos siendo dignos; los indignos han sido algunos de nuestros presidentes, sobre todo los acuatados López-Sheinbaum, quienes en la realidad se han doblado frente a Trump.

Requerimos luchar en contra de esos gobernantes del primer piso, y del segundo piso, el real y la formal, separándolos del poder público y, en su caso, sujetarlos a severo juicio de carácter penal, sin ningún margen de impunidad.

Todo por México, y todo por los mexicanos.