LOGOS
Tánatos
en México
AMLO NUNCA
SE EQUIVOCA
Frente a cerca de 55 mil muertos por
covid en México (según contabilidad del gobierno federal), o ante 175 mil
fallecidos en nuestro país por coronavirus (conforme al cálculo de organismos
internacionales), el presidente Andrés Manuel López Obrador afirma
embaucadoramente: “México no ha sido tan golpeado por la pandemia”.
Y con esa frase, mal intencionada,
acierta en parte, como el burro que tocó la flauta.
Porque es verdad, la pandemia no ha
golpeado a los mexicanos; quien los ha matado es la torpe política exterminadora
de López Obrador, mal aplicada por López Gatell.
La Doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie,
jefa del Laboratorio Genético Molecular de la UNAM, doctorada en la Universidad
de Harvard, señala y explica: “Por estrategia errónea, México rebasó los 50 mil
muertos… no cerró fronteras oportunamente… no impuso controles internos
eficaces… usó medidas de mitigación incompletas…”, entre muchas otras causas.
Y el mismísimo presidente AMLO indica:
“A pesar de todo, lo que cuentan son los resultados”; pero éstos, en la
realidad, son catastróficos.
Da la impresión de que Andrés Manuel es protervo
colaborador de Tánatos, personaje escalofriante y sombrío de la mitología griega,
símbolo de la muerte pacífica, por enfermedad.
Ya que comprende los desastres de sus
actos y omisiones (en salud pública) y no da su brazo a torcer, no reconoce su
responsabilidad, no acepta su equívoco, sino al contrario, su actitud
corresponde a quien soberbio asegura: Andrés Manuel López Obrador no se
equivoca nunca, es siempre “responsable y profesional”.
Y al no rectificar, sigue matando
mexicanos con su política, sobre todo a los pobres, por vulnerables.
Si tuviera México a un Sísifo, al más
astuto y sabio de todos los hombres que han existido, quien supo encerrar a Tánatos
para que no hubiera muertos en Corinto, otro ganso nos cantara.
Zeus, hasta que se dio cuenta de la
travesura eficiente de tan audaz humano, fue personalmente a liberar a la
muerte para que siguiera cumpliendo su dolorosa misión constante.
Y, por esa significativa hazaña, Zeus
castigó a Sísifo a morir; empero, éste fue tan intrépido, que se escapó del
reino de los muertos, regresando al mundo de los vivos para seguir haciendo de
las suyas.
Mas cuando Zeus se percató de las
impertinencias de ese paladín corintio, lo sentenció a cargar eternamente una
gran piedra para subirla a la montaña, pedrusco que siempre, antes de llegar a
la alta meta, se despeña hasta el pie del risco, convirtiendo ese humano
esfuerzo en un arduo trabajo interminable.
Sísifo (padre natural de Ulises, audaz
conquistador de Troya), por estar tan ocupado, no podrá auxiliar a México, pero
tenemos a muchos científicos compatriotas, como la Doctora Ximénez-Fyvie, y al
Doctor Mario Molina, nuestro Premio Nobel en Química, quienes bien podrían, a
partir del embrollo donde nos encontramos con cerca de 60 o 175 mil muertos,
implementar un emergente y eficaz proyecto de rescate, para frenar la mortandad
criminal que nos queja.
De pasada, con todo respeto, invito al
presidente AMLO a que reconozca sus errores, que no busque culpables cuando el
irresponsable es él, y que con toda humildad solicite ayuda a quienes pueden
corregir sus torpezas.