lunes, 24 de agosto de 2020

LOGOS

Corrupción disfrazada

LAS PIRUETAS DE AMLO

        El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo el 30 de julio del 2020: “fíjense lo que me importa el abasto de medicamentos, que uno de los mejores servidores públicos de mi gobierno, quien me ha ayudado muchísimo, se va a hacer cargo de este asunto”.

        Y con gran orgullo presentó a David León Romero como director general de la empresa estatal para adquirir y distribuir medicamentos, para nuestro país, supuestamente “en coordinación con la ONU” (aunque la ONU al parecer no lo sabe), con un presupuesto anual de más de 60 mil millones de pesos.

        Todo era felicidad para Andrés Manuel y para David, pues AMLO ha decidido autoritariamente, y contra todas las leyes, no licitar las compras del gobierno federal, por la sencilla razón de que él es honrado, y no roba.

        Pero esa felicidad, ese indebido nombramiento y ese benemérito y probo presidente, sufrieron lastimosa caída.

        Carlos Loret de Mola dio a conocer, el 20 de agosto de 2020, algunos videos donde David León Romero da grandes sobres con dinero a Pío López Obrador, “persona honesta y ciudadano ejemplar”, según su decente hermano Andrés Manuel.

        Esa exhibición impresionó a todos.

        Al siguiente día, desde Aguascalientes, el presidente AMLO en su mañanera errática dijo presuroso, antes que alguien dijera pío: “Es natural… están en su derecho… les han dolido los videos de Lozoya… y esa banda de delincuentes de cuello blanco me atacan… pero no somos iguales… lo de Lozoya son miles de millones… y lo de Pío y David a penas si sube a dos millones… y las revoluciones son de ese modo… por eso a la familia de Francisco I. Madero le dieron después del triunfo, en retorno, 700 mil pesos de aquella época”.

        Así, López Obrador ejecutó varias piruetas.

        A esclarecimiento no pedido, aunque esperado, botó la confesión manifiesta de AMLO: recordó los videos de Ponce, Bejarano e Imaz, sus colaboradores y amigos, a quienes los grabaron en los años 2004 y 2005, recibiendo pacas de dinero para AMLO; y éste ahora sólo dijo que aquello fue poquito, comparado con lo de Lozoya. ¡Vaya pirueta comparativa!

        Andrés Manuel confesó haber conocido, 5 días antes, lo de ese video de su hermano Pío, y defendió el caso al estilo del presidente de San Blas, Nayarit, Hilario Ramírez, quien cínicamente dijo: “yo robo, pero poquito”.

        Encallejonado, AMLO, decidió suspender el nombramiento de David León, y le pidió que se presente ante la fiscalía (como Pío) y “den la cara”. Esta pirueta la tiene muy hecha, y aunque el dinero vaya para él, sacrifica a quien sea con tal de que su plumaje quede limpio.

        A esa pirueta la hace poética con el verso de Salvador Díaz Mirón (1853-1928): “Hay aves que cruzan el pantano y no se manchan. Mi plumaje es de ésos”; olvidando que hay aves que manchan al pantano.

        Pío y David no llegarán a la cárcel. El desplante de AMLO es para taparle el ojo al macho.

        Su autoritarismo está a la vista de todos. El servilismo de sus colaboradores da vergüenza. AMLO opera como titiritero de ellos. Viola el derecho, y ordena: “exhiban los videos de Lozoya”, y éstos de inmediato e ilegalmente se exhiben.

        Los videos, en sí, poco prueban en juicio, pero sí provocan un gran escándalo mundial; y los opositores de AMLO le exhiben, a la vez, videos (viejos y nuevos) de supuestas corruptelas de la familia López Obrador, y de sus amigos. Y esto no gusta al presidente.

        La guerra de audio vídeos, excitada por la oscura política de AMLO, está en marcha.

        Todos los presidentes de México han ejecutado, legislado y juzgado, con mesura y discreción; pero AMLO lo hace con procacidad desfachatada y con piruetas.

        “Si un familiar mío comete delito, será castigado”, asegura AMLO; pero al mismo tiempo ilícitamente los juzga: “lo de Pío y David no es corrupción, es cooperación”. Me recuerda al chino Ye Gon que explicó los cientos de millones de dólares en su casa: “influyentes funcionarios públicos federales me los dieron a guardar, amenazándome, cooperas o cuello”. ¡A que las cooperaciones de AMLO!

        Aclaro. La inmensa mayoría de los mexicanos queremos que se acabe la corrupción.

        AMLO sólo ve la corrupción en el ojo ajeno. En el ojo propio le llama cooperación; y la familia López Obrador las compara, ofensivamente, con las aportaciones de Leona Vicario a la Independencia.