El
3 de febrero del 2012, con motivo de la presentación del libro Guerrillero del tiempo, estructurado por la periodista cubana
Katiuska Blanco, pero calificado como la autobiografía de Fidel, el comandante
expresó algo que es necesario no olvidar: "Uno de los equívocos que
tuvimos es creer que en el socialismo los problemas económicos estaban
resueltos".
Ese
error es claro. La naturaleza del hombre es problemática, por lo que nunca,
mientras sea hombre, dejará de tener problemas.
Si
el ser humano no resuelve un problema, sea económico, político, educativo, o de
cualquier otra índole, generará dos o más problemas de subdesarrollo.
Pero
si el hombre resuelve ese problema, de la naturaleza que sea, provocará dos o
más problemas de desarrollo.
Total,
resuelvan o no sus problemas los humanos, siguen siendo una fábrica inagotable
de dificultades, al mismo tiempo que son constantes creadores de soluciones.
Así que ningún esclavismo solucionó de manera definitiva y para siempre los
problemas del hombre, aun resolviendo las contradicciones del comunismo
primitivo.
Como
tampoco ningún feudalismo dio respuesta absoluta y cabal a todos los problemas
de la humanidad, a pesar de haber resuelto las contradicciones del esclavismo.
Al
igual, ningún capitalismo compuso para la eternidad las dificultades de nuestra
especie, aunque observemos que históricamente dio solución a las
contradicciones del feudalismo.
Y
si lo anterior es cierto, resulta también verdad que el sistema socialista no
por el hecho de implantarse en Cuba, o en cualquier otro sitio, resuelve ipso
facto, o ipso jure, todos los problemas económicos, o los problemas de
cualquier otra especie, en automático; cuando lo único que puede obtener, en el
mejor de los casos, es superar las contradicciones económicas que ha dejado el
capitalismo, más cuando ese país socialista se encuentra rodeado de países capitalistas,
y tan cerca del eje del capitalismo mundial.
Pero
esto que estoy analizando respecto al cambio de sistemas económicos, en la
existencia histórica del hombre, es también válido respecto al simple cambio de
partidos políticos dentro de un mismo sistema socioeconómico de México.
Para
no remontarme a siglos pasados de nuestro país, sino observarlo en el hoy, bien
podríamos decir, tomando como orientadora la expresión de Fidel Castro: uno de
los equívocos del PAN y del PRD es creer que por el simple hecho de ganarle
elecciones al PRI, y establecerse como gobiernos panistas, o perredistas,
respectivamente, los problemas de México, o de cualquier entidad federativa, o
municipio, están resueltos.
Y
no es así. Los problemas del sistema socioeconómico del México actual implican,
de todas las formas posibles, a la totalidad de sus partidos políticos, los
cuales se encuentran tan desgastados como nuestra forma de organización social,
la que está descompuesta de cabo a rabo, y es menester repararla.