Fox, Felipe, Peña y
AMLO
PRUEBAS DE NUESTRO AGUANTE
Samuel Ramos (1897-1959), primero, y
Octavio Paz (1914-1998), después, dedicaron tiempo y talento para encontrar los
perfiles que distinguen a lo mexicano.
No han sido los únicos indagadores de
esas peculiaridades étnicas, pero sí, los más destacados.
El laberinto de la soledad, de Paz,
retoma tema y elementos del libro de Ramos: El perfil del hombre y la cultura
en México.
Ambos a su estilo (y con ciertas
diferencias) cumplen su propósito, y nos aportan el cómo somos, desde su visión.
Los sintetizaré.
De agudo mimetismo inconsciente, con
supuesto complejo de inferioridad que resulta una máscara, nos auto denigramos,
el indígena pasivo, el citadino mestizo o blanco activo, hipersensibles, falta
de armonía con nosotros mismos, reprimidos, de actitudes patrióticas, huimos de
sí mismos y nos refugiamos en mundos ficticios, de cultura superficial y de
poco aprecio a ésta, de espíritu utópico los jóvenes, tendiendo a la pedantería
para simular algo.
Usamos máscaras para estar lejos de
todo, hasta de nosotros mismos, la soledad del mexicano arma fiestas y actos
públicos, en nuestras fiestas suele desaparecer el orden, parecemos
indiferentes ante la muerte y la vida, el concepto de la chingada y el de la
madre están muy ligados en nosotros, seguimos sintiéndonos hijos de la
Malinche, introducimos anarquía en el lenguaje, la conquista española y la
colonia sólo cubrieron nuestras costumbres ancestrales, el goce de la
mexicanidad pasa por la lucha de contradicciones, lo que pone en vilo a la
nación.
Tanto Paz como Ramos nos sugieren que
nos desprendamos de las máscaras, “porque sólo así podemos ser contemporáneos
de todos los hombres.”
La inteligencia esforzada y sensata de los
dos pensadores es digna de admiración y respeto; pero lo mexicano en el 2019 ha
tenido cambios causados por variados motivos, entre otros: la masificación, los
avances cibernéticos acelerados, y la globalización.
Además, a muchos pueblos del planeta se
les pueden acomodar los rasgos que descubrieron en lo mexicano Ramos y Paz.
Por otra parte, observo que los
mexicanos (mestizos como son todos los pueblos del mundo) tenemos una gran
capacidad de aguante, desde nuestro doloroso inicio, por ese revoltijo de ADNes
tan sinuoso entre españoles a partir de 1519 y gente de 135 naciones originales
en el territorio de lo que hoy es México.
Quetzalcóatl les anunció la llegada de
esos dioses en casa que flotaba en el mar; mientras, el Papa y la Corona Española
se tardaron en afirmar que los aborígenes de las nuevas tierras descubiertas no
eran animales, sino humanos. Así se mestizaron.
Desde entonces el mexicano ha sido muy
aguantador, y ha crecido frente a los castigos del destino.
En la dureza del siglo XXI ha podido y
ha sabido soportar, el mexicano, a los presidentes: Vicente Fox, Felipe
Calderón, Enrique Peña, y a Andrés Manuel López Obrador.
¡Ésta es la mejor prueba de nuestro
aguante!