LOGOS
Candidatos sin caretas
¿HABRÁ ALGUNO HONESTO?
Nadie
es dueño de la verdad, y todos podemos equivocarnos. Si somos sensatos, debemos
agradecer a quien nos pruebe que no estamos en lo cierto.
El
precandidato Ricardo Anaya, a mi parecer, realmente cuenteó a sus oyentes al
narrar un viejísimo chiste, aplicándoselo a uno de sus adversarios: “Érase una
vez un priista”, para plantear como conclusión que los del PRI son mentirosos y
corruptos.
En
mi experiencia personal he conocido panistas, perredistas, morenistas, y de
todos los demás partidos políticos, tan corruptos y mentirosos, como los hay en
el Partido Revolucionario Institucional.
Pero
en honor a la verdad (pues siento que me asiste en este caso) he observado a
militantes del PRI, de MORENA, del PRD, del PAN y del resto de los partidos
políticos, que viven con excelentes márgenes de honradez y sinceridad.
Así
que respecto a estos valores, referidos para calificar conductas humanas, todo
juicio universal afirmativo o universal negativo, por su naturaleza de
absoluto, resulta falso.
Incluso,
es embuste sofístico afirmar que todos los políticos son deshonestos, y
engañadores; pues conozco excepciones muy honrosas; y, en todas las actividades
hay de todo. Ni todo político es así, ni el resto de la sociedad se salva de
esos males que genera la pésima forma de organización social.
Sin
embargo, el problema de la falsedad en la política, sin ser menor que en otros
trabajos, tiene su propia naturaleza, lo que nos conduce a provocar y a padecer
las ilusorias promesas de los políticos en campaña, que no se cumplen después,
provocando malestar y desencanto.
Porque
en un sistema perverso, como en el que vivimos, a fuer de ser francos, la
mayoría de los electores difícilmente votaría por el candidato a la presidencia
de México que hablara con la verdad.
Nos
tendría que expresar que, él, ni es dios ni superhombre para resolvernos
nuestros problemas; que los únicos que podemos solucionar las graves dificultades
que padecemos somos nosotros mismos, con preparación ética, cívica y técnica, a
base de honorable y duro trabajo organizado socialmente, de mucho sudor,
lágrimas y hasta sangre, y no votando por ladrones ni flojos ni incapaces ni
mentirosos.
Y
eso, más lo que implica, lo haría perder la elección, ante los poderosos dueños
de las elecciones, y frente a una masa tocada por la corrupción.
Además
de que, tendría que llamar a la mayoría de los mexicanos para que, todos unidos
y trabajando eficaz, digna y decentemente, no permitiéramos ninguna explotación
de nadie.
En
un sistema capitalista, como el nuestro, nos bloquearían económicamente y, acaso,
nos impondrían la guerra, todo para defender sus enormes intereses.
Para
prevenirnos de eso, podemos y debemos hacer muchas cosas, entre otras, actuar
con inteligencia, dignidad, y eficacia, con un presidente que sea líder
honesto, patriota de sentido humano, trabajador y bizarro.
En
esta campaña 2018, ¿habrá alguno así?