LOGOS
Cristo y Marx
DESGASTES DEL
CAPITALISMO
El Presidente Andrés Manuel López
Obrador en el ejercicio del poder ha adoptado, según su saber y entender, un principio
y método cristiano: predicar la humildad a los poderosos.
Obvio que esa predica no la aplica para
sí, pues a la vista su soberbia ejecutiva diluye su frágil disfraz de
sencillez.
Pero cuando su poder presidencial choca
o puede colisionar con otro u otros que sí pueden, tiende a catequizar a los
pudientes, sin importar la licitud o ilicitud de su fuerza.
Por eso ante el poderío de la
delincuencia organizada echa reversa, y trata de convencerlos para que no sean
malos, con adoctrinamiento a través de sus progenitores, o de ofrecimientos de trabajo
o becas cuyo monto está muy lejos de competir con los ingresos delictivos en
vigencia.
Frente a los poderosos y violentos
grupos sindicales del magisterio o alumnos normalistas se contiene, y ha
buscado alianzas dándoles cabida en el reparto del pastel, a costa de lo que
sea, encubriendo los graves daños que ocasiona con esto al país, y usando sólo
evangelización con ellos para ilusamente alentar una buena conducta.
De faz al duro y arrogante presidente de
los EU, Donald Trump, ha doblegado más a nuestra política internacional,
sirviéndole de agente migratorio y de eficaz activista electoral en su
reelección, y ofrendándole el inútil sermón de que no es con la fuerza como se
combate al terrorismo.
Igual hace con los multimillonarios
mexicanos, a partir de que ha sentido el poder de sus inversiones y sus ligas
con grandes capitales extranjeros, les ofrece más prebendas de lo que les entregaban
administraciones anteriores y, claro, les adjunta la homilía sobre la humildad
conque deben comportarse los poderosos.
El filósofo y sacerdote español Juan
David García Baca (1901-1992), excelente traductor de todos los presocráticos,
y de Platón, aseveró en su cátedra en la Universidad Michoacana de San Nicolás
de Hidalgo en el año 1942: "Cristo predicó la humildad a los poderosos… Marx
vino al mundo a predicar el orgullo a los humildes; de sabios es mudar de
consejos".
De esas dos opciones planteadas, AMLO
escoge por táctica la primera (la cristiana) para el ejercicio de su poder
sexenal, poniéndoles apelativo a sus adversarios: "conservadores", y
"neoliberales".
El primer apelativo corresponde a la
historia de México, pero es de aplicación imprecisa en el presente para la
mayoría de los mexicanos, mientras que el segundo contiene una carga económica
que encaja en una simple característica del sistema capitalista.
AMLO tiene confusiones teóricas que lo
conducen a significativas contradicciones prácticas.
Ya que el capitalismo desde su inicio
(siglo XVIII), y en su mayor esplendor (segunda mitad del siglo XX) como un
sistema, o forma estructurada de organización socioeconómica, revolucionario y
de avanzada, está fallando peligrosamente desde hace algunos años en todo, y en
todos los continentes.
Se nota en los actuales problemas de EU,
México, Bolivia, Argentina, Ecuador, Brasil, Nicaragua, Venezuela, Chile, para
sólo hablar de América, un denominador común: el enorme desgaste del sistema
capitalista, y aún carecemos de un sistema que lo supla, pues las puntadas de
AMLO se observan ridículas frente a la magnitud de nuestros amenazantes
peligros.